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¿Maradona es Argentina?


¿A quién sorprende la grosera reacción de Maradona tras clasificar a Argentina para el Mundial? ¿El Pelusa representa a los ciudadanos de uno de los países que históricamente tuvo los mejores niveles educativos del mundo?


 

La respuesta rápida es que ni Diego es Argentina ni tiene una trayectoria impoluta que no hiciera prever sus exabruptos.

Sin embargo, es verdad que Argentina siempre supo venderse bien. Aquel chiste que dice que el gran negocio es comprar a un argentino por lo que vale y venderlo por lo que dice que vale es un tópico, pero no es menos cierto que es una de sus principales imágenes. Por ello, cuando suceden anécdotas como la rueda de prensa de Maradona, o crisis como la suspensión de pagos y el corralito del 2001, se crea incredulidad en el extranjero.

El mordaz periodista Jorge Lanata analizó a sus compatriotas en una exitosa historia de Argentina en clave humorística. Lanata explica que "los países tienen que ver con sus ídolos" y que, por lo tanto, "hay actitudes en Maradona que son bien argentinas", aunque sea un caso muy especial. Y pone de ejemplo aquel famoso gol con la mano contra Inglaterra en México '86: "La mano de Dios es la reivindicación de esa argentinidad: no importa cómo hagas el gol, lo importante es el resultado". Por otra parte, el popular periodista también atribuye la grosería del Pelusa al hecho de que "el ídolo social es esencialmente antisistema", igual que un cantante de rock. "Lo que pasa con los ídolos es que se mueren a tiempo, pero Diego va a seguir viviendo, afortunadamente", matiza.

Maradona se crió en el miserable barrio de Villa Fiorito, cerca de Buenos Aires. ¿Corremos el riesgo de pensar que la baja extracción social del futbolista marca su maleducado comportamiento? El provocador Lanata responde alegando que no hay mayor muestra de mala educación que el hecho de que "las clases altas hayan propiciado todos los golpes de Estado en Argentina y sus terribles consecuencias". Una clase alta, supuestamente mejor educada, que "ahora tiene 200.000 millones de dólares en el extranjero", critica Lanata.

En Argentina y Uruguay se usa frecuentemente el término "grasa" para definir a una persona de hábitos y preferencias vulgares. Pues bien, nadie pone en duda que Maradona sea un grasa. Igual que no se discute que Carlos Menem lo sea. El menemismo (1989-1999) representó el auge del capitalismo salvaje, y se caracterizó por las privatizaciones, el vaciamiento del Estado y la ostentación sin gusto por parte de los nuevos ricos. Imagen de esa combinación es la "pizza con champán" que Menem ofreció a sus ministros tras la última reunión de gabinete. "Si hay una foto de la fiesta menemista, ahí está Maradona", concluye Lanata.

Pero el mal gusto y la grosería son subjetivos. Es habitual ver cómo políticos que aspiran a los más altos cargos comparecen en mítines o programas de televisión con la camisa abierta, mostrando pelo en pecho. Quizás, una referencia a los descamisados de Perón.

El historiador Luis Alberto Romero también considera que Maradona "representa un buen costado de Argentina" y critica que haya sido seleccionado por el Gobierno como uno de los iconos promocionales nada menos que en la Feria del Libro de Frankfurt, donde Argentina será país invitado en el 2010.

Para Romero, el país está en clara decadencia. "La Argentina culta está empezando a pertenecer al pasado", dice. El historiador cree que las palabras de Maradona son fruto de "una cuestión cultural del nacionalismo argentino, que ha sido muy soberbio y paranoico". Soberbio porque presupone que los argentinos tienen "un destino de grandeza asignado". Paranoico porque "si ese destino no se concreta es porque existe una confabulación contra Argentina, de rivales históricos como Brasil o Chile, de los británicos con las Malvinas, o del FMI", añade Romero, recordando que Maradona calificó de antiargentinos a todos aquellos que lo critican.

Romero recuerda que el vocabulario de Evita - otro ídolo - también dejaba mucho que desear. "Era grosera y autoritaria", dice el historiador, que encuentra puntos en común con el estilo del matrimonio Kirchner. Por otra parte, el lenguaje se degrada "no sólo en Argentina, porque los referentes los marca la televisión".

Pese a la mala imagen ofrecida por Maradona, no está de más recordar que Argentina tiene tres premios Nobel científicos y sus universidades cuentan con alto nivel.