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Bienvenido 2010

Durante todo el año, como desde hace cinco, ustedes han recibido intentos, aproximaciones de comprensión de la realidad nacional e internacional, recuerdos históricos y retratos sociales bajo el título de "Desde Argentina".


Agradezco como todos los años a aquellos que han tenido la paciencia y el interés de leerlos, a los que debatieron, a los que criticaron y propusieron. Este es un intento modesto de compartir y debatir ideas.

Afortunadamente en nuestro país, se han dado en los dos últimos años, debates trascendentales como el de la resolución 125 y la ley de medios audiovisuals, entre otros, en los que he participado con la pasíon de los viejos años militantes.

Estas notas realizadas desde cierta marginalidad tienen afortunadamente y gracias a la magia de Internet, una enorme llegada, tanto en el ámbito nacional como internacional. Han sido traducidas al francés, al portugués y al italiano. Eso transforma en "acompañado" un trabajo enormemente solitario.

El fin de año es una época de balance precedida por la Navidad que es una fiesta de la inclusión.

Dejamos atrás la crisis más seria del capitalismo desde el año 1929. Con dolorosos costos y retrocesos, pero en menor proporción de lo que los pronósticos auguraban. Mucho se ha logrado en los últimos años, siendo apenas un piso, nada despreciable, desde donde emprender vuelo en busca de las asignaturas pendientes.

Es la hora de emprender las batallas contra la pobreza, la exclusión, la desocupación, de mejorar significativamente  la distribución de la riqueza. De diseñar un modelo productivo acorde con los doscientos años de existencia.

Disfrutar y consolidar los nuevos aires latinoamericanos. La idea de la Unión Latinoamericana, es una premisa revolucionaria que levantaron los libertadores del siglo XIX y que hoy es tan imprescindible como hace 200 años.

En el momento de levantar las copas, los que podemos llenarlas y brindar, sería importante que nos comprometamos a luchar, en las medida de las posibilidades de cada uno, para que algún día, seguramente no cercano pero que tampoco puede ser demasiado lejano, en los brindis, no haya ausentes en la enorme fiesta que puede y debe ser la vida.

Un cordial saludo,
Hugo Presman