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El laberinto


El peronismo disidente que es sólo disidente y de peronismo tiene sólo la cáscara, está dispuesto a hacer cualquier cosa para que Cristina Fernández no termine su mandato. 
 

  

En ese punto tiene una coincidencia estratégica con el Grupo Clarín y encuentra en La Nación una propaladora importante.

El domingo 21 de marzo el diario cuya propietaria emblemática usa todos los recursos y chicanas legales frente a un Poder Judicial, durante mucho tiempo sensible a sus requerimientos, para impedir que se conozca la verdadera identidad de sus hijos adoptivos, levantó la fórmula Reutemann-De Narváez.

Clarín anunció que ese acercamiento se concretó en una reunión en que se consumió Coca Cola Zero y empanadas de verdura, que bien podrían haber sido de soja. Posiblemente el menú grafique involuntariamente la densidad de la fórmula.

Vuelve a insistir editorialmente Clarín el domingo 28 con la firma de Julio Blanck quien sostiene: "El acercamiento entre Reutemann y De Narváez abre una expectativa a futuro, pero hoy deja un tendal de heridos. Uno de ellos es Felipe Solá, clave en la articulación del peronismo disidente y una cabeza que el armado antikirchnerista no está en condiciones de menospreciar. 

Nacidos Reutemann y De Narváez en la incubadora del menemismo, representan una de las apuestas del republicanismo declamatorio y de la idea del consenso con todos los sectores de poder.

La denominada periodísticamente LA OPOSICIÓN, es una armada brancaleone que buscan las luces de las cámaras y de las radios de los "periodistas independientes" en donde las repreguntas están prohibidas y cuando deben exponer una propuesta o responder a una pregunta no establecida naufraga en su enorme superficialidad.

Mientras recitan sus monsergas extraídas de un manual pedestre de educación democrática, dependen para el quórum en el Senado de un personaje "impoluto" como Carlos Menem que en un avanzado estado de chochera afirma que la inflación mensual es del 20%, que vamos o estamos en hiperinflación y luego se rectifica y muy suelto de cuerpo dice que es del 2%. O confunde a Carlos Melconián con Carlos Arslanian, como posible Ministro de Economía de un gobierno que lo tenga nuevamente como presidente y del cual no recuerda el nombre de su acompañante de la hipotética fórmula.

El vicepresidente de la Nación hace gárgaras de institucionalidad mientras trata de ser el jefe de la oposición, Gerardo Morales hace un papelón histórico ante Mercedes Marcó del Pont, Carrió escapa a un análisis político y es una envidiable materia prima para la psiquiatría. Sus últimas declaraciones, muy silenciadas por el periodismo, es que actuó sus posiciones para obtener resultados deseados. Eso la agotó por los cuales sus últimas afirmaciones fueron: "Estoy cansada de la responsabilidad de conducir la oposición. Si las personas están cansadas en sus casas, imagínense lo que es para nosotros. Uno tiene una responsabilidad enorme de coaligar a la oposición. El gobierno es muy difícil pero la oposición no es fácil y no está a la altura de las circunstancias históricas. Si esto sigue así, no termina bien para nadie".

Francisco de Narváez nunca supera su papel anodino sintetizado en sus ideas de campaña "alika, alikate y tengo un plan". Carlos Reutemann siempre avizora fantasmas indescriptibles en medio de silencios que no son exteriorizaciones de profundidad sino de vacío. Felipe Solá ha decidido extirpar de su historia y de su cabeza cualquier vestigio peronista. Mauricio Macri ha conseguido una verdadera hazaña: alinear su ineficacia ejecutiva a su indigencia ideológica. Pino Solanas parece más decidido a ser la izquierda del poder, regalando lo avanzado en función de llegar a ser, en el mejor de los casos, jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 

Pero el que se ha lanzado provocativamente al ruedo es Eduardo Duhalde enarbolando banderas de ultraderecha, apuntando a las enormes franjas conservadoras de la sociedad atravesadas por los pasivos de la dictadura establishment-militar y el menemismo. El olvido a los crímenes del pasado, el levantamiento de los juicios, la seducción a las Fuerzas Armadas ubicándolas como víctimas, su alianza con la Iglesia, con el establishment económico, con los grandes medio periodísticos se redondean con declaraciones como las publicadas en Crítica de la Argentina del 26 de marzo: "Comparó las asambleas populares nacidas en 2001 con los soviets rusos que desembocaron en la revolución bolchevique de 1917 y ratificó su propuesta de convocar a un plebiscito para terminar con "la caza de brujas" que según su visión, constituyen los juicios contra los represores".

Mucho se sorprendería el ex Intendente de Lomas de Zamora que en su visión de las Asambleas Populares como soviets coincide con el Partido Obrero. Como bien apunta el analista político Edgardo Mocca en la revista Debate del 27 de marzo: "El hombre se autopromueve como el candidato del "partido del orden"; como el estandarte del ciclo restaurador que debe reemplazar este delirio de juicios contra ex militares, cuestionamientos de monopolios mediáticos, ataques a la jerarquía católica, prepotencia contra "el campo" y desafíos, en fin, contra los pilares fundantes de la patria. Es el regreso del "otro peronismo". El que se piensa a sí mismo como garante del statu quo contra las amenazas subversivas. El que se nutre de las tradiciones de la Argentina católica y militar. Conservador y antirrevolucionario, ese peronismo tiene raíces históricas tan verdaderas como las que reivindica su lugar central en las luchas populares y en los procesos transformadores".

Ante semejante cuadro, el gobierno que mezcla medidas trascendentales con errores de principiante y torpezas inadmisibles, parece comparativamente un dechado de virtudes. Una administración que hace la vista gorda a la explotación minera o acentúa los agronegocios, pero es capaz de enfrentar a poderes como Clarín o la Mesa de Enlace, asestarle un golpe a los negocios financieros con la estatización de las AFJP, decirle no al ALCA, o negociar y obtener una enorme quita de la deuda externa, subordinar la economía a la política y colocar al Estado como un  límite aún precario, pero límite al fin, a la voracidad del mercado, perpetra caprichos inexplicables como la eliminación de toda la publicidad privada dificultosamente conseguida para las transmisiones de fútbol, dejando un flanco absurdo para una oposición que donde ve sangre no regula su gula.

El laberinto del gobierno 

Su dilema es como consolidar su base en un escenario con cierto descontrol de precios que afecta sensiblemente a sus seguidores y avanzar, seduciendo, sobre aquellos sectores que se han alejado. Con lo que hoy tiene no gana en el 2011 en primera vuelta y en segunda está condenado a una derrota. Su jugada de máxima es pegar el salto de un 30% actual a un 40% y que una oposición dividida no alcance, en ninguna de sus variantes al 30%.  

El laberinto del periodismo

Víctor Hugo Morales declaró a la Revista Noticias del 20 de marzo: "Yo creo que siempre el periodista tiene forma de decoro. En los tiempos de la dictadura ninguno decía todo lo que pensaba, porque no quería ir preso, porque no estabas dispuesto a dar tu vida por razones lógicas. Lo que no podés es convertirte en un alcahuete de la dictadura. Lo mismo es ahora. Vos podés mantener formas de decoro aún trabajando en el Grupo Clarín, seguramente hay personas que lo deben estar haciendo, aunque la pertenencia te limita....".

Tal vez harta de tolerar situaciones que superaban su paciencia como integrante del equipo informativo de TN, la periodista Lorena Maciel le puso un límite a su compañero Franco Salomone que realizaba una encendida defensa del mago de la picana el antiguo militar Sarmiento para que no sea encarcelado dado su avanzada edad y su estado de salud. Es el mismo periodista (¿ o será otro?) qué escribió hace unos años un libro, "Maten al mensajero", donde relata brevemente las historias de los más de cien periodistas desaparecidos durante la dictadura establishment-militar.

Los columnistas estrellas de La Nación se encuentran decepcionados ante los últimos acontecimientos que han bajado las acciones de la oposición y mejorado la imagen del gobierno. Ahora tienen expectativas en que su impotencia la resuelva la Suprema Corte de Justicia. Veamos los dos editoriales del 21 de marzo que tienen la particularidad de ser presentados en signos de preguntas:

¿UN GOBIERNO EN MANOS DE LA CORTE SUPREMA? Por Joaquín Morales Solá: "Legisladores de la oposición clamaban el jueves pasado para que la Corte Suprema de Justicia interviniera con urgencia en la crisis  política e institucional. Miembros del propio tribunal de justicia fueron asediados en los últimos días por dirigentes sectoriales con una frase extrañamente coincidente: "La Corte es la única esperanza que tenemos de salir del conflicto".

¿CÓMO EVITAR LA ANARQUÍA SIN RECAER EN EL DESPOTISMO" Por Mariano Grondona: "A la vista de lo que había ocurrido en este caso (Menem), la pareja kirchnerista del poder concibió entonces una ingeniosa chicana para eludir el espíritu de nuestra Constitución de 1994, que, al igual de los países latinoamericanos auténticamente republicanos, prohíbe expresamente dos reelecciones presidenciales consecutivas. La forma de sortear esa barrera consistió en suplantar el abierto no reeleccionismo de 1994, inspirado por Raúl Alfonsín, mediante la forma oblicua del re-reeleccionismo conyugal, un recurso que, si el pueblo lo secundara, permitiría la permanencia del matrimonio Kirchner en el poder hasta el 2020 y aún más allá.
Dos vallas se interponen entonces entre la aspiración vitalicia o dinástica de los Kirchner y la república democrática. Una, "política", es que el pueblo mantenga en 2011 el rechazo a la pareja que ya anticipó en el 2009. La otra, "institucional", es que la Corte actual prolongue de algún modo la prohibición del re reeleccionismo que le impidió a Menem perpetuarse en el poder en 1999. Para todos los efectos prácticos, la elección de Cristina Kirchner en 2007 fue, en lo sustancial, una "reelección" de la pareja indisoluble que ella integra.
¿Se animará la Corte actual, pese a su origen, a reforzar entre nosotros el no reeleccionismo que garantiza a Brasil, Uruguay, Chile y Colombia la continuidad del antipersonalismo republicano? La única alternativa viable al personalismo vitalicio o dinástico es que ya sea en los estrados judiciales o en las urnas, los argentinos decidan ponerles un punto final en 2011 a las aspiraciones  de poder interminable que hoy encarnan y que es, en definitiva, un chavismo embozado".

Han transcurrido 64 años del 9 de octubre de 1945, cuando el poder económico desplazó al Coronel Perón y lo confinó en Martín García. Escribió Jorge Abelardo Ramos en "Perón; Historia de su triunfo y su derrota": "El éxtasis fue general. Jamás la democracia derramó lágrimas tan puras. Gerentes que no se conocían se abrazaban en la Bolsa; hubo brindis en el Barrio Norte, flores en las calles; el esplendor de una libertad duramente conquistada se retrataba en todos los rostros, particularmente en los aledaños de la Plaza San Martín y a lo largo de la calle Santa Fe; los autos particulares rebosaban de banderas, como cada vez que un gran infortunio se abate sobre la Argentina. Los corresponsales extranjeros trabajaban infatigablemente con sus cables: había caído el Hitler de Sudamérica. ¡Al fin! Las sirvientitas santiagueñas que servían las copas en los hogares respetables de nuestro patriciado, oían en silencio los gorjeos de las exaltadas señoras. Una calma siniestra envolvía a los barrios obreros del Gran Buenos Aires".

Dos alas de las Fuerzas Armadas se enfrentaban en busca de una alternativa. El General Ávalos que trataba de seducir al político radical Amadeo Sabattini y el Contralmirante Vernengo Lima que quería que el gobierno pasara a la Corte.
"Esa salida - escribe Ramos en el libro citado - era apoyada por la mayoría de la aplastante "oposición democrática". El núcleo más ínfimo y vociferante estaba formado por el ítalo-eslavo Vittorio Codovilla, que prestaba a la infame coalición el necesario calor de "izquierda".

Mientras Vernengo Lima discutía en el Círculo Militar, enfrente, en los amplios y verdes canteras de la Plaza San Martín, la nobleza de nuestro Versalles ganadero se instalaba como para una fiesta; los sirvientes ofrecían a los jóvenes refrigerios y bebidas, nunca la moda estuvo tan cerca de la política ni la política fue tan chic. Desde los balcones de las residencias, nutridos de matronas, se aplaudía intermitentemente al Círculo militar. El pedido general era: "el gobierno a la Corte Suprema".

Después vino el 17 de octubre y la historia pegó un impresionante salto. Tal vez Grondona y Morales Solá no lo recuerden. Tal vez les convendría leer, en el mismo diario, lo que dice en el suplemento Enfoques Mario Bunge, físico y filósofo, de 90 años, quién después de reconocer "En la época del primer peronismo, y durante muchos años, yo fui gorila. Creíamos que el peronismo era una forma de fascismo. Y no lo es: es original, es un tipo de populismo. Creíamos también que Perón era bruto. Es falso. Era inteligente, no sólo habilidoso, y tenía cultura histórica; al fin y al cabo era profesor de historia militar en el Colegio Militar. Lo menospreciamos y por eso no lo entendemos. Gino Germani, que fue el fundador de la sociología moderna en la Argentina, se fue del país en1966 y al año siguiente me visitó en Montreal. Le pregunté ¿Porqué te fuiste de la Argentina? ¿ Por la persecución? No - me dijo - me fui porque fui incapaz de entender al peronismo. Todavía no lo entiendo". Y es así: quién no entiende al peronismo no entiende al país. Perón quiso modernizar la Argentina. También otros militares progresistas como el general Savio o como el fundador de YPF, el general Mosconi. El partido dominante, conservador, no quería modernizar nada".

Gino Germani no entendió al peronismo. Tal vez por eso Arturo Jauretche, el más grande sociólogo que tuvo la Argentina, comprendió tempranamente al peronismo desde la presidencia de FORJA.

El laberinto de la clase media

El notable humorista Caloi sintetizó en un dibujo mudo (Revista VIVA, 21.3.10) los problemas ideológicos y prejuicios de sectores muy amplios de clase media. Un señor con un habano le mete la mano en el bolsillo interior del saco a una persona de clase media. Este, en lugar de reclamarle al poderoso, mira acusadoramente al marginal o excluido.

Esto está puesto en palabras por el publicista Braga Menéndez: "Hay un libro muy bueno que se llama "Historia de la clase media argentina" de Ezequiel Adamovsky, que dice que a la clase alta se le ocurrió que los forros de la clase media laburen y hagan de infantería para enfrentar a los negros. ¡Es genial! El libro dice que lo que no le perdonan a Perón es que trasgredió las reglas establecidas en el sentido que desclasificó, cambió las jerarquías rígidas. Si bien la clase media dice que quiere más igualdad, es mentira, no la quiere. Porque piensa que se la van a sacar a él para distribuir y además piensa en quién va a hacer la tarea sucia y pesada que hacen los negros. Saber que hay alguien debajo de ti es una forma de sentirte alguien. Aparte la clase media piensa que es la única imprescindible. Los de arriba no producen ni hacen nada porque ya lo tienen todo y los de abajo no producen ni hacen nada porque son vagos, borrachos, delincuentes, prostitutas, una mierda. Es complejísimo, a mí no me entra en la cabeza. La clase media está ganando guita como nunca. Pero no es por la plata que la gente piensa y vota. Por ejemplo, Perón vino a cuestionar las jerarquías establecidas; a los negros les contó que derechos tenían. Por eso pasan dos cosas: que 30 años después de muerto Perón se lo sigue odiando y se lo sigue amando, y sigue ganando elecciones" (Suplemento Ni a Palos del semanario Miradas al Sur, 21.3.10).

El laberinto del capitalismo financiero

Lo describe Mario Bunge con un cuento notable: "En un pueblo turístico de Europa, llega de pronto un alemán muy rico al único hotel del lugar, deja en el mostrador un billete de cien euros y le dice al dueño: Me gusta mucho el lugar y quiero estudiar la posibilidad de pasar una semana acá. ¿Me permite mirar las habitaciones? Sí, suba, las habitaciones están todas abiertas, le responde el dueño del hotel, que sale corriendo y le lleva el billete de cien euros al carnicero para saldar una deuda. El carnicero sale corriendo con el billete para pagarle al proveedor de alimento de sus cerdos. A su vez el proveedor de alimentos para cerdos va corriendo con ese billete y le paga a la prostituta una deuda por sus servicios. La prostituta toma el mismo billete de cien euros y lo deja en el mostrador del hotel para pagar la deuda que tiene por haber alquilado las habitaciones. Entonces, al cabo de un rato, baja el turista alemán y le dice al dueño del hotel que no le gusta ninguna de sus habitaciones, toma el billete y se va. Ha transcurrido nada más que una hora, nadie produjo nada, pero todo el mundo está feliz porque todas las deudas están saldadas. En esto consisten las grandes finanzas. Detrás de estas grandes manipulaciones no hay nada".

El laberinto religioso

Es conocida le estrecha amistad del Cardenal Jorge Bergoglio con el rabino Sergio Bergman, el cual ha quedado anclado en la lectura del manual de Educación Democrática que impuso la Revolución Fusiladora de Zuretti y Peñaloza. Se lo conoce al Rabino por el intento de hablar con frases capicúas que parecen profundas pero que tiene la profundidad de una Pelopincho. Pero algo de esto le ha quedado pegado al Cardenal. Una prueba es el último documento: "La Patria es un Don, la Nación es una tarea".

El laberinto

El más famoso proviene de la mitología griega. Ariadna se enamoró de Teseo a primera vista, y como debía entrar al laberinto para destruir a una criatura monstruosa conocida como el Minotauro, lo ayudó dándole una espada mágica y un ovillo del hilo para que pudiese hallar el camino de salida del Laberinto.

Teseo  venció al monstruo con la espada mágica de su amada. Una vez cumplido su objetivo, el hilo de Ariadna le permitió salir del laberinto. ¿Encontrarán los actores sociales la salida construyendo su hilo de Ariadna?

El escritor peronista Leopoldo Marechal sostenía en 1944, en "Laberinto de amor": "De todo laberinto se sale por arriba". Al finalizar la primera década del siglo XXI, la salida del laberinto posiblemente se encuentre abajo y por abajo.