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Tres horas en el supermercado


Cada tanto me asalta la necesidad de ir al Super-Re-Marcado más importante de mi barrio. Entonces, elijo el día y me preparo unas buenas tazas de té de tilo con valeriana.
Los miércoles hay descuento para jubilados. Ése día prefiero no ir. Todavía no me toca. Tampoco los fines de semana.


Conozco mejores formas de pasarla mal: ir a los hipermercados.

El jueves, vísperas del último 9 de julio, habían extendido las rebajas. ¡Eso era la revolución de la tercera y cuarta edad! Todos querían saber de qué se trataba la promoción, la oferta del día y el dos por uno. Sólo que para obtener la respuesta debían hacer la cola en alguna de las múltiples cajas. Este Re-Marcado-Mercado ofrece pisos limpios, brillantes -si hasta podrías comer en ellos-, pero claro, no contestan ya que no hablan.

Los pensionados y yo queríamos saber por qué si antes la media docena de huevos costaba cinco pesos, ahora, y como oferta del día, esos mismos huevos costaban seis.

-¿De qué se trata esta oferta, le habrán inyectado omega 3 al huevo o a la gallina?, preguntó alguien.

-Cuando se trata del huevo o la gallina nunca hay una respuesta única, es una incógnita, le contesté y me dirigí hacia la Aduana, o sea al sector integrado por cajas, muchas cajas.

Caja para envíos con tarjeta de crédito, de débito y al contado con cambio chico. Caja con bolsitas biodegradables y caja con bolsitas de diseñador. Caja para embarazadas, para las que tienen planeado un embarazo el año en curso y para las que todavía no se hicieron el Evatest. Estas últimas, ya no me tocan.

Arrastrás el carrito lleno hasta la primera caja de las mencionadas. Cuando te llega el turno, la cierran. -Cambio de cajera y de rollo, señora.

Divisás a lo lejos la caja rápida de 15 unidades; comenzás a sacar productos hasta alcanzar los requeridos. Llegás, pero casi pisás a una persona. Te pareció, desde la otra caja, que la fila no daba la vuelta como lo hace. Igual te ubicás.

Una voz anuncia que abrieron la caja rápida de 10 unidades. Retirás cinco botellas con tristeza, pero más vale fila en pie que cinco productos volando.

Ni loca dejás el puesto catorce de la cola, aunque te quedes pensando en todo lo que quisiste y no pudiste comprar.

La gente en el supermercado no habla; pide favores.

-¿Me cuidás el lugar que me olvidé... a mi hija?

¿Qué le vas a contestar? ¿No, o ya que estás, no me buscarías una lavandina? Después de todo, yo también soy...una hija. Por suerte, encontró a la chica en el sector de las papas fritas.

Mientras esperás, un disco anuncia las ofertas con recomendaciones. -¿Sabía usted que nueve de cada diez mujeres consumen en promedio la mitad del calcio recomendado, etc.- Traduzco el disco a mi manera: ¿Sabías que mientras esperás en la cola, tu columna se acorta, se contrae, se achica, se arruga y tu masa ósea, tal como lo mostró la última densitometría, jamás volverá a tener los niveles deseados, por más leche extra calcio plus que bombees a tus huesos?

Si sos un tanto más romántica, menos realista y las publicidades dejan una impronta fuerte en tu conciente, podrías llegar a interrogarte algo parecido a esto: ¿Cómo volver a Ser La Serenísima muchacha que otrora ingresó al Super con niveles de calcio satisfactorios y los perdió en muy poco tiempo, teniendo en cuenta su edad?

Ya casi está. Sólo falta pagar. No quisieron aceptar tu tarjeta negra -Centurión Black card-, no la conocían. No importa, falta poco para resurgir como el Gato Félix a la realidad con unos pocos productos envasados.

Previo pedido de la tarjeta del lugar -la que suma puntos- y que entregaste, extendés otra.

-Esta caja acepta todas las tarjetas, menos, menos la Maestro -que es justamente la que vos tenés.- No importa, pago al contado, decís.

Tuviste que dejar un par de productos más ya que a duras penas conseguiste, hasta con moneditas, juntar el monto correspondiente.

Cuando te vas, te llama la cajera. -Se olvidó el cupón de premio.

Regresás, lo mirás y leés: "Aprovechá el 25 % de descuento, -pensás al fin algo bueno- y veinte puntos de regalo en.. pañales".

- ¿Para adultos? Si sigo viniendo a este lugar los voy a necesitar antes de lo pensado.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 18.7.10
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