Cannot get Tel Aviv location id in module mod_sp_weather. Please also make sure that you have inserted city name.

Amigos argentinos que viven en el exterior


Tengo amigos argentinos que viven en el exterior a los que quiero entrañablemente. Vienen de visita con frecuencia a pasear, comprar, divertirse y... despotricar veladamente a veces, y otras en forma cruda, sin anestesia... Por supuesto, no todos.


No tienen demasiado tiempo para dedicarte -un domingo de 8.30 a 9.45- ya que las citas con el odontólogo, médico generalista, médico detallista, masajista, manicura, dermatólogo y algún que otro cirujano plástico les demanda veintiséis horas al día. El lugar que los vio nacer se les ha convertido, entre otras cosas, en un gran "spa" de recauchutaje de los pies a la cabeza, pasando por la boca y deteniéndose muy especialmente en los pelos de la cabeza.

-¿Che los baches están peor o me parece? No podés contestar que, como se encontró petróleo en las napas profundas de la Capital y parte del Gran Buenos Aires, se ha ideado un sistema piloto de bacheo, para que el oro negro emerja más rápido y nos transformemos en un país generoso que reparte dinero por el mundo. Si no te unís a sus críticas te responsabilizan, de alguna manera, de lo que no les gusta. En cambio, si descalificás te dicen: -Che... le hace mal a tu sistema inmunológico vivir quejándote.

Si trasladáramos esta situación a Facebook, en lugar de decir: Liz ahora es amiga de..., encontraríamos: Liz, ahora... "se defiende de".

Ya no tengo ganas ni fuerzas de polemizar con ellos. Sólo me dedico a ser una excelente anfitriona y ¡callar!

-No entiendo cómo a la gente le gusta hacer cola para todo, acá...

Pienso: y yo no entiendo cómo hay personas que se hacen correr y hasta matar por un toro en la fiesta de San Fermín, pero no lo digo.

-No sé si podría volver a vivir, acá.

Luego, miran y buscan departamentos para comprar, hacen cálculos del valor de los mismos allá y acá para concluir: están un poco caros.

¡Si allá no te podés comprar ni un placard y hacerte a la idea de que vivís en un monoambiente discretísimo pero propio!, pienso pero no lo digo. En cambio, como una letanía arriesgo. -Y sí, todo se cae con el tiempo, menos la propiedad.

Si quedaron en encontrarse con vos y pasaron por una farmacia del tipo "autoservicio" de las grandes cadenas, no lo dudes. Gana la farmacia. Más que comprar la desguazan. Compran hasta una solución para el callo de la vecina, con la que además no se llevan tan bien. El concepto "adquirir lo que no se consigue allá sin receta a precio razonable" funciona de maravillas en estos queridos amigos argentinos.

Las palabras que más escucho en estas ocasiones son "acá" y "allá". Pregunto: ¿Hay que comparar todo el tiempo? Me sucede lo mismo que con los arquitectos que pretenden reciclar mi casa. Es inexorable, siempre dicen: -Donde está el baño -allá-, tendría que ir la cocina, -acá-. La experiencia me permite aseverar que para ellos, todo lo que está "allá" debe reconsiderarse "acá". ¡Pero por lo menos te preguntan en algún momento si estás de acuerdo, ya que deberás pagar esta transformación!

Los argentinos visitantes, en cambio, no te preguntan nada y si lo hacen es porque ya tienen la respuesta. Pontifican al estilo del Urbi et Orbi, palabras que en latín significan "A todo el Mundo, para que todos se enteren" por ejemplo, de que en la Argentina existe un programa de televisión donde bailan mujeres casi desnudas. O practican un acertijo del tipo "Si acá esto y allá aquello" ¿cuál gana?

Van al teatro, a muestras de arte, exposiciones, a cenar, a almorzar, a casa de familiares y amigos, a la milonga, y todos los etcéteras que se te ocurran. Indefectiblemente finalizan sus visitas con frases tales como: -Esta ciudad me agobia, no se para de comer, engordé tres kilos en cuatro días y ya no me acuerdo de las obras de teatro que vi.

Cuando por regla de cortesía preguntás ¿Cómo es el teatro allá?

-Ah, no. Allá no voy al teatro.

-¿Y qué pensás de la política de gobierno del país donde vivís?

-De verdad, no pienso demasiado. Allá soy apolítica.

-¿Cómo?

-Sí, no tengo tiempo de pensar. Trabajo desde la mañana hasta la noche para poder venir acá.

En ciertos momentos lo mejor es acudir a la ciencia de la paz, o sea la paciencia. Después de todo, se trata de amigos entrañables que uno quiere... de lejos, pero quiere. De este amor te das cuenta cuando te llaman para saber cómo sigue Malparida y a quién eliminaron en el Bailando por un sueño.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 8.8.10
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.