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Cocina fácil para la mujer difícil

La cocina es el lugar donde tomo las decisiones importantes de mi vida. Paso muchas veces por ella. Miro la alacena... pienso..., la abro...pienso..., preparo café, - pienso-, lo caliento en el microondas, - pienso. Todo esto dura unos pocos minutos. O sea, pienso poco. Así me va.
Cuando hablamos de "cocina" en español-argentino hay que definir sus alcances. Podemos referirnos a la cocina como el "lugar" de la casa donde se instala la cocina como "electrodoméstico" - encendido electrónico de hornallas y horno autolimpiante - o cocina como "verbo" - ella no cocina bien ni mal; ella no cocina.  

Siempre es mejor ponerse de acuerdo respecto de las acepciones del término, ya que puede suceder que ante el pedido a una asistente "déjeme por favor, los zapatos en la cocina" los encuentres adentro del horno de tu cocina, te pases veinticuatro horas buscándolos y salgas con botas para cabalgar en pleno verano o descalza a la calle.

La cocina es el lugar donde tomo las decisiones importantes de mi vida. Paso muchas veces por ella. Miro la alacena... pienso..., la abro...pienso..., preparo café, - pienso-, lo caliento en el microondas, - pienso. Todo esto dura unos pocos minutos. O sea, pienso poco. Así me va. Si la cocina es un arte, lo mío es el neo - neo - neo - post - trans - mini - minimalista.

Que no te hayan enseñado de chica esta destreza-habilidad y como consecuencia no te hayas interesado más que lo suficiente como para seguir viviendo, no significa que debas comer todos los días de tu vida yoghurt con cereales, huevo duro y de postre, una banana.

En el país del delivery - baratísimo - existe un sinfín de alternativas.

Las viandas mandadas a tu casa son el aliado de la mujer moderna a quien no se le ocurre siquiera cocinar. Consisten en unas bandejas etiquetadas para cada día de la semana. Si comés la del lunes y martes juntas, el miércoles ayunás.

Frente a mi casa hay un local de "Solo empanadas" donde podés pedir tartas, fajitas mexicanas, fatay, pizzas, gaseosas y cervezas. ¡Por favor que alguien me explique por qué le pusieron ese nombre! Que un publicista le dé una mano a esta gente que todos los días pierde clientes a los que les cae mal las empanadas. No lo digo simplemente porque sea buenísima: tengo miedo de quedarme sin boca de expendio a sólo tres pasos de mi hogar.

Si sos vegetariana y no te preocupa el cuchillo con las que fueron cortadas, podés conseguir unas ensaladas con todos los colores de verduras- verdes, rojas y amarillas- en la calle, donde se arman coloridos puestitos alternativos atendidos por sus propios dueños.

Si estás hiperapurada y no te han inoculado el virus del descreimiento hacia el ente bromatológico, en muchos kioscos venden sandwiches de milanesa; de jamón, queso y tomate envueltos en celofán; panchos; gaseosas y café de máquina, que te recuerdan que no estás en Las Vegas.

Si te apetece saborear el gusto "japonés made en la Argentina", no sos alérgica, no te acomete el virus de la duda ¿será fresco? y es principio de mes, es útil tener en la heladera el imán de la publicidad del "sushi-place" más cercano o lejano de tu casa. Lo mismo da, siempre tardan. Mientras esperás el envío podés comer un par de huevos.

Además existen rotiserías y diversas casas de despacho de comidas. Si por ventura te ofrecieran una porción de matambre arrollado que venís observando desde hace tres días en la misma provisión sin siquiera una rebanada de menos, triste y deslucido, será mejor que te abstengas, como el personaje Bartleby de Melville y contestes: - "Preferiría no comerlo ni hoy ni nunca, antes que comprarlo en este lugar". Esto último pensalo pero no lo digas. ¿Es necesario un enemigo más?

Esta "pura negatividad"- no en el sentido estrictamente hegeliano del término, pero tomado de él- a experimentar el arte culinario obedece a un motivo. Después de cocinar hay que lavar desde los utensilios hasta el piso, pasando por los azulejos y el techo. Vos ya no te "comés" eso de que Míster Músculo tiene superpoderes y lo hace por vos. Tenés que ponerte el delantal, arremangarte e indicarle dónde refregar, enjuagar y dónde detenerse; en una palabra, tenés que lavar vos.

Una recomendación.: si venís comiendo cinco días seguidos estos tipos de comidas, lo mejor será que te hagas amiga de un hepatoprotector y los dos restantes de la semana vuelvas al yoghurt con cereales, huevo duro y banana, que nunca deben faltar en el hogar de una mujer moderna y sencillita.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 29.8.10
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