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Esta no es "Mi Buenos Aires querida"

Amo a Buenos Aires. Y más aún cuando pienso que viví durante décadas entre Arlt, Borges, González Tuñón, Pizarnik, Gelman. El domingo me convencí que no es la ciudad en la que creí vivir y criar a mis hijos. Los años dolorosos que pasamos nos convirtieron en un remedo de Patria, Familia y Propiedad.

El porteño está programado para el chimento, las peleas mediáticas, la farándula. ¿Qué pretendíamos entonces? Si la mitad de los vecinos está más de acuerdo con la violencia de El Matadero de Esteban Echeverría (que seguro no leyeron) que con la "nobleza" del Martín Fierro. Aunque lo reciten de memoria, se hacen amigos del juez.

Por supuesto que los medios de comunicación influyeron, pero en una ciudad como la nuestra, no basta ese discurso para entender lo que sucedió. En ese sentido, tampoco la linealidad, la insistencia en los informes y lo despectivo de 6,7,8 ayudaron. Las formas hacen al contenido y aunque innovó ciertos tics televisivos, instaló otros. Nos acerca a otra realidad pero es hora de hacer algunos cambios. Es inteligente, saludable y democrático.

Conozco a quienes habitan algunos de éstos barrios que recorro desde mi infancia, los escuché hablar, opinar, gritar sus miserias y exhibir su gorilismo sin culpa. Pero nunca imaginé que el resentimiento devendría en tal diferencia de votos que resulta escandaloso y por lo que siento vergüenza ajena.

En realidad, compruebo una vez más que lo que nos dejó como sedimento la dictadura, el menemismo y toda la caterva de seudopresidentes posteriores caló hondo en la oscuridad del alma ciudadana.

De esas experiencias nefastas abrevaron las clases altas, medias y cierto lumpeaje que prefieren ver al jefe de gobierno regalar globos, bailar cumbias, salir en la revista Gente, evitar los debates en los que nada puede decir sin que le soplen al oído; que ver a un dirigente que propone trabajar, incluir, socializar, tomar la cultura como eje para hacer de esta ciudad desigual la GRAN capital de América Latina.

Hasta aquí mi frustración, perplejidad y bronca para los que nadan entre la la basura y la caca de sus perritos en la ciudad más sucia que transito desde que tengo uso de razón.

Lo que expreso, no nos exime de una autocrítica profunda. Basta como dato, la tontería de festejar el domingo el avance de unos puntos en la capital. Lamentable.

El primer desaguisado serio, empieza cuando por capricho, Néstor Kirchner prefiere perder la ciudad antes que entregársela a Telerman. Rencor, le dicen, que nos viene costando caro.

Dejarle el espacio-tiempo a los otros partidos y sólo tres semanas al candidato oficial.

Poca y equivocada publicidad más desprolijidades varias para poder hacer campaña con eficiencia.

Creer que con los jóvenes de La Cámpora basta para ganar una elección.

Cantar la marcha peronista en todos los actos, dejando afuera al resto, que como yo, no somos peronistas pero apoyamos el proyecto Nacional, remite a un folklore que excluye sin atenuantes.

No desmarcarse del antisemitismo de D'Elía. Aunque si lo hizo Filmus, pocos se enteraron, y el Gobierno Nacional con su silencio, marcó un pelotazo en contra.

Se debe repensar la estrategia. El Jefe de Gobierno es local y no sirve colgarse de Cristina para mostrarse leal o suponer que se ganará con votos prestados. Esa táctica en Bs. As. no germina.

Debíéramos hablar sobre lo que sí se hizo, todo lo que no se cumplió y avanzar sobre lo que a los porteños les interesa: Seguridad, villas, tránsito, espacio público, basura, cambiar la cultura del enriquecimiento vil por la de la ética individual y pública.

Si entendemos que la mayoría no concurre a escuelas públicas, no usa los hospitales y quiere que destruyan las villas con topadoras porque las consideran centros de drogadictos, asesinos y vagos, no es lógico insistir en esos ejes porque no hay tiempo para explicarlos.

A Filmus le faltó garra como para plantarse en determinadas circunstancias. En el debate con Pino Solanas fue evidente. Maleducado consuetudinario, Pino no lo dejaba exponer y Daniel se dejó avasallar. Y sé que hay gente que no lo votó porque confunden urbanidad con endeblez.

Todo esto y más cosas que podría agregar no lo digo el día después, porque lo saben con quienes compartí estas semanas en las que participé de la campaña.

Protesté por la orfandad, el poco apoyo, la escasa difusión mal encarada. No soy especialista en armados políticos, pero creo conocer de gestión pública como para aportar diferentes miradas. Y no soy la única. Pero parece que a ciertos intelectuales sólo se nos convoca para brindis y actos.

Por supuesto que me parece bien que se vaya a la segunda vuelta aunque ya sabemos que tendremos a Macri & Cia. por cuatro años más con la misma incapacidad, soberbia, banalidad y vagancia, ya que lo que menos le gusta es trabajar. Además, ahondará la pelea con el Gobierno Nacional para presentarse otra vez como víctima. Le dió resultado y lo va a profundizar. No entremos en ese juego, por el contrario, hay que forzarlo a que intervenga en cada situación conflictiva que aparezca, no oponerse y exponerlo sin pruritos, con firmeza, con la verdad y sin exhabruptos, sino con pruebas.

En cuanto al ballotage, ojalá acorte esta enorme diferencia, pero para ello Filmus y su equipo tendrán que cambiar de rumbo y sobre todo de actitud. Es una batalla dura cuando se sabe que ya se perdió, pero puede demostrar que no se asusta en el combate cuerpo a cuerpo no sólo cuando debate, sino en cualquier escenario que se presente y con las armas adecuadas afiladas para cada ocasión.