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Cirugías estéticas

Corre junio, la semana que hace frío polar en Argentina. Recibís un mail que dice: Promo Invierno Hot. Lo abrís para ver qué te ofrecen para pasar el invierno. Recordás que era una frase de un ex ministro de Economía y pensás que se trata de una merienda con chocolate y churros calientes o un poncho tejido en telar a tres lanas, o borceguíes de triple suela con bisagras, más que cordones. Pero no, no se trata de esto.

La promoción recibida te asegura, como ninguna otra, que vas a pasar el invierno en la cama, que es lo más calentito que inventó el hombre. Digo, el hombre como naturaleza humana, no me refiero al hombre como género. Que ellos siempre tienen calor en la cama, mientras que las mujeres padecen el frío, es una ley que no necesita comprobación empírica. Es así y punto.

En el mail se anuncia Graciela como la representante de Atención al Cliente, digo del Paciente, de una institución que te ofrece un combo imperdible: lifting facial y cervical a precio razonable para estos menesteres. Afirma que ella será la encargada de derivar tus consultas médicas al doctor que selecciones o te sea asignado. ¿Asignado? Sí. Si te lo hacés con los doctores X1, X2 o X3 el precio es de diez mil y monedas. Te puede tocar cualquiera de los tres. O sea, la relación médico-paciente se extingue tal cual la conocimos hasta ahora.

Si, en cambio, es el doctor Y el que te atiende, la cifra trepa al doble. También cambia el nombre de la promo. Ésta, ahora, se llama Premium.

¿Qué quieren decir estas opciones? ¿Qué en la primera, los doctores X te dejan la cara como la de Charlotte Caniggia de un lado y del otro como la de su madre? ¿Qué el médico está autorizado a escuchar un partido de fútbol con auriculares mientras te opera? ¿Qué cuando salgas a la calle la gente reconocerá que te conformaste con la Promo Invierno Hot, que elegiste el menú económico y que no te esforzaste por pedir plata prestada para llegar a la Promo Premium, que vendría a ser el menú ejecutivo?

Que alguien les avise que esta propuesta es pianta cirugía. Además de causar un mal importante en aquellas ¿pacientes? ¿clientes? que no llegan a reunir el dinero necesario para la promo más cara.

Como si esto fuera poco Graciela ofrece un 50% de descuento en la cirugía de menor costo, toda vez que se realicen dos intervenciones en el mismo tiempo quirúrgico. No importa que salgas cosida como un matambre y en silla de ruedas, si es que salís.

Entiendo que debido a lo anterior, la Institución dice ser la única en contar con una cobertura para sus pacientes en una de las aseguradoras más prestigiosas y sólidas de la «Argentina y del continente». Interpreto que si después de la intervención, quedaste con una sonrisa permanente de esas que no condicen con los ojos estuporosos o dibujan una cara de las de Picasso en plena época cubista en la retina ajena, la seguradora te resarcirá de algún modo que aún no alcanzo a vislumbrar. Aunque me temo que lo único que pueda devolverte sean recetas contra el mal de ojo, asegurarte que es la última moda en París y que bien mirada, en realidad, no estás tan mal.

El día de la semana y las horas de las cirugías son de exclusiva decisión de la institución y del médico que te tocará en ¿suerte?

Frente a esta oferta no puedo menos que preguntarme si no será mejor clavarse todo lo que conforma La Cajita Feliz de la que también me llegan promociones - que no es muy sana que digamos, pero un hígado razonablemente sano la resiste - en lugar de entrar al cajón antes de tiempo. Me contesto que sí, es mejor. Después no se ingiere nada sólido durante un mes y listo.

¿Dónde quedó el viejo temor y temblor ante una intervención de orden estético, absolutamente soslayable? De tan light y fácil que te la cuentan, esta cirugía estética pierde dignidad, ya que te encuentra reducida a una más de la larga lista de direcciones de mails a las que se envió esta promo.

A lo mejor me equivoco pero si voy a someter mi cara a un lifting pretendo que el especialista dé la cara y para eso lo voy a buscar las cien veces que sea necesario. El márketing en este tema va a tener que encontrar nuevas formas de contacto. Pero por favor no comiencen a hacerlo vía teléfono. Corren el riesgo de que el no solicitante ponga tan mala cara que jamás se le pase por la cabeza acudir a un médico cirujano para cambiarla.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 30.6.13

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