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Bibi perdió por puntos

Amigos de Israel en línea

Bibi consiguió formar una coalición y su gobierno puede ser uno de los más importantes de la historia de Israel. El mismo Bibi declaró que este mandato será uno de los más difíciles de la historia. No es para menos, se avecina un gran cambio en Israel.

La gran novedad es que los ultraortodoxos se quedaron fuera del gobierno y el reto será ahora tratar de integrar a es población a la sociedad.

En este sentido, uno de los momentos decisivos de las negociaciones lo protagonizó Lapid, que quería el ministerio de Educación con el objetivo de introducir materias comunes en las escuelas ultraortodoxas.

Este comienzo es un cambio muy importante para el futuro de Israel y un gran desafío para el nuevo gabinete.

Los ultraortodoxos no son los aliados naturales de Bibi. Ellos no molestan a los gobiernos de los que forman parte mientras se les garanticen sus privilegios.

Hoy la situación debe cambiar. La ley que eximía a los jóvenes ultraortodoxos que estudian en seminarios rabínicos de hacer el servicio militar, va a ser reformada, por mandato no sólo de la Corte Suprema sino de la sociedad israelí.

Además, el liderazgo del Gran Rabibato cambiará de nombre y de estructura. Pasará a llamarse ministerio de Servicios Religiosos, en un intento de poner las competencias religiosas fuera de la influencia de los ultraortodoxos para llevarlas sobre todo a los sionistas religiosos.

Cabe decir que en las negociaciones Bibi perdió por puntos. Él sabe que no le conviene el gobierno que formó en el cual integró a dos líderes que, de hacerlo bien, le moverán la silla y le harán la cama. Lapid y Bennett hace dos meses eran el futuro, ahora son el presente, y este mandato será el de la jubilación de Netanyahu.

Jag Sameaj para todos

Cecilia Haber
Ashdod