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Sr. Director,

La situación actual en Oriente Medio muestra que las pretensiones del fundamentalismo islámico de borrar en su benefício todas las diferencias étnicas, culturales, religiosas y políticas, tan semejantes a las masificaciones y al desprecio de las minorías praticadas mucho antes por la entonces Unión Soviética, son tan absurdas como injustas.

El genocidio de los armenios llevado a cabo en el inicio del siglo XX  por Turquía continúa siendo el modus operandi y la meta del modelo islámico de ejercicio del poder, ahora estimulado por las «elecciones» que llevan a los fundamentalistas al gobierno y a la consecuente extinción de cualquier posibilidad de nuevos comicios.

Eso podría definirse como «obamacracia», una variante de la democracia en que las elecciones son celebradas apenas una vez con la finalidad de dar el poder a quienes las anularán, despreciando totalmente los derechos de las minorias.

Se trata de algo así que el peronismo, Chávez o el PRI mexicano aprendieron muy bien, creando regímenes pseudo democráticos, con mecanismos estatales que les aseguran su manutención del poder durante décadas.

Mientras tanto, parece que también las diferentes minorías de Oriente Medio aprendieron, y se están defendiendo de los fundamentalistas genocidas.

Israel constituye una esperanza para esas minorías. Obviamente, la pseudo izquierda está indignada con la capacidad israelí de defensa.

Esa pseudo izquierda adora las «masas» y a su «salsa terrorista», a quien define como «guerrilla» o «luchadores por la libertad».
Por otro lado, los asesinos fanáticos, aparte de todo, están divididos entre ellos mismos - sunnitas, chiítas - lo que los debilita todavía más.

El apoyo de la pseudo izquierda, añorante de la masificación stalinista, de poco le valdrá. Pero corrumpe lo que aún quedaba de saludable en el marxismo, un resto de humanismo que parecía sobrevivir después de los gulags, de los Khmer rojos, de la ocupación de Tibet y del trabajo esclavo en China; de los horrores en Albania y en Vietnam del Norte; de las dictaduras ultra corruptas de Europa Oriental, etc, etc, etc.

¡Feliz Año Nuevo!

Daniel Levy
Kibutz Hulda