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Horario de invierno

Sr. Director

Considero que implantar el horario de invierno en verano es otra de las barbaridades a las que nos tienen acostumbrados los judíos ultraortodoxos con sus caprichos y sus intereses personales que no toman en cuenta para nada los de la mayoría de la población en Israel.

Parafraseando se po
dría decir que se trata de una conspiración bien planificada para "oscurecernos" cada vez más y lo antes posible.

Ninguna minoría puede imponer su criterio y menos ante situaciones de interés general. La Knéset y el Gobierno israelí deberían ser los primeros en respetar sus derechos y tradiciones (como así lo hacen) , pero sin perjudicar al resto de la población. Ya se ha cedido en demasiadas cosas en este sentido y tratar de convencerlos para llegar a un acuerdo es imposible, nunca será suficiente.

Es inadmisible que en un Estado democrático se imponga un cambio de horario tomando como base sólo una conmemoración religiosa, por más sagrada que sea, sin tener en cuenta decenas de argumentos opuestos relacionados directamente con la vida diaria de toda la población.

Estamos realmente cansados de todas esas concesiones muy molestas a minorias que ni siquieran contribuyen económicamente (todo lo contrario), a la paz, al desarrollo o a la defensa del país. El tema es politico, para nada religioso.

Cuando se gobierna apoyado por partidos minoritarios, así se acaba. Esos que se creen más puros que nadie son en realidad quienes están pervertiendo al judaísmo.

Atentamente

Cecilia Oren
Haifa