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Poder, poder y más poder

Estimados Sres. de Semana

Sólo la sed de poder fue lo que llevó a Ehud Barak a abandonar el Partido Laborista para acercarse aún más a los derechistas de la coalición de Netanyahu en la que sigue como ministro de Defensa.

Ya era insostenible el descontento hacia el papel de Barak en un gobierno dominado por Liberman, Yishai y los radicales del Likud y reacio a cualquier movimiento en favor de reanudar las negociaciones con los palestinos.

Ahora, Barak y sus perritos falderos dicen que quieren buscar la paz sin cronómetros. Parece que nadie de ellos tuviera la menor prisa ni interés, como si las alternativas fueran mejores.

Para colmo, Bibi se apresuró a aplaudir la decisión y a presumir que él mismo ayudó a organizar la ruptura política.

Considerado la cara risueña del ejecutivo de Bibi, y recibido como su interlocutor por encima de Liberman en la esfera internacional, Barak se desenmascara ahora como un político más preocupado por su futuro personal que por la seguridad de Israel y por mantener más sintonía con Netanyahu que con el proceso de paz que siempre había asegurado defender.

Se trata de un verdadero caradura y oportunista venido a más al cual la historia sabrá colocar en el marco de los políticos ignorados e irrelevantes.

Aparte, la salida de Barak representa el fin del laborismo actual como fuerza relevante en la política israelí. Avodá, que en su versión anterior prácticamente monopolizó el panorama politico, social y económico desde la independencia hasta finales de los '70, se fue descomponiendo de sus raíces sociales hasta quedar reducido a la nada ideologica y a la corrupción de muchos de sus líderes políticos, sindicales y municipales. Avodá fue asesinado junto con Rabin y luego tuvo dos nuevos entierros con Peres y Barak. Hace ya diez años que transita como un moribundo por la Knéset cambiando de líderes como de calzoncillos y alimentado sólo por la ambición de sus dirigentes desconectados del pueblo.

Barak ya no tiene ni siquiera que disimular. Se compró un piso por dos millones y medio de dólares y puso a la venta otro por el que pedía seis millones. Como pudo reunir semejante patrimonio con su salario de político, es un misterio digno de que Wikileaks lo aclare.

Aprovecho la oportunidad para felicitarlos por la cakidad su semanario, el cual leo con gusto cada semana.

Afectuosamente

Isaac Mosowicz
Rosh Haayin