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Parashat Beahalotja - El misterio de las reacciones humanas

Aharón, el hermano de Moshé es testigo de dos tragedias. La primera y más grave es la muerte de sus dos hijos Nadav y Avihú como leemos en Vaikrá: “Y tomaron Nadav y Avihú, hijos de Aharón, cada uno su incensario y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Adonai un fuego extraño que Él nunca les ordenó. Y salió fuego delante de Dios y los quemó, y murieron delante de Adonai.” (Vaikrá- Levítico 10:1) 
Una muerte sin explicación alguna, más que el “fuego extraño” que fue ofrendado y aparentemente rechazado. Y ¿cuál fue la reacción de Aharón? “Entonces dijo Moshé a Aharón: “Esto es lo que habló Dios, diciendo: “En los que se acercan a Mí me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aharón calló” (Vaikrá- Levítico 10:2-3).


No estamos comentando parashat Jukat, que es la que corresponde a este espisodio. Sólo lo mencionamos para cotejar la reacción de Aharón ante la repentina muerte de sus hijos con este relato que aparece en parashat Behaalotjá.
“Miriam y Aharón hablaron contra Moshé a causa de la mujer cushita que había tomado; porque él había tomado mujer cushita. Y dijeron: ¿Solamente por Moshé ha hablado el Eterno? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó el Eterno. Y aquel varón Moshé era humilde, más que todos los hombres que había sobre la tierra.


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