Decenas de miles de manifestantes salieron a las calles de Tel Aviv para exigir que el servicio militar y el servicio nacional sean obligatorios para todos los israelíes, incluidos los ultraortodoxos y los israelíes árabes.
El viceprimer ministro, Shaul Mofaz, ex ministro de Defensa y ex jefe del Estado Mayor, quien se encuentra enfrentado con el primer ministro Binyamín Netanyahu por este tema, asistió a la manifestación. También lo hicieron los ex comandantes del Ejército, Gabi Ashkenazi y Dan Halutz, el vice comandante, Moshé Kaplinski, el ex jefe del Shin Bet, Yuval Diskin, quien además fue el principal orador en la protesta, y muchos otros altos oficiales.
La marcha fue bautizada «Orden 8 - Basta de hacer de imbéciles», en referencia a la orden 8 por la que las fuerzas militares envían a los reservistas para avisarles que tienen que cumplir un servicio urgente.
Detrás de las protestas está la controversia sobre si los israelíes ultraortodoxos deben seguir siendo eximidos del servicio militar que todos los israelíes son obligados a prestar a los 18 años.
Asimismo, si los israelíes árabes, que no deben hacer el servicio militar, deberían ser obligados al menos a hacer el servicio nacional - que incluye tareas de voluntariado en hospitales, escuelas, centros de rehabilitación, entre otras.
Muchos de los manifestantes llevaban carteles o vestían camisetas en las que se leía «Servicio para todos» y «Todos deben cumplir».
Este asunto enciende actualmente el debate político en Israel y las pasiones que desata sacudieron a la coalición de unidad nacional lograda hace dos meses por Netanyahu.
Las tensiones aumentaron el lunes pasado, cuando Netanyahu disolvió al Comité Plesner encargado de crear un borrador de ley para reemplazar a la «Ley Tal» que efectivamente eximía a los seminaristas ultraortodoxos del servicio militar pero que había sido declarada inconstitucional por la Corte Suprema en febrero y caduca el próximo 1 de agosto.
Netanyahu dijo que demasiadas personas se habían ido del comité como para que sus recomendaciones fueran aceptadas por el Parlamento. El presidente del comité, Yohanán Plesner, publicó las conclusiones de todas maneras.
Si bien también hubo demandas de que el servicio militar obligatorio incluya a los israelíes árabes, el Comité Plenser se centró sobre todo en el tema de los ultraortodoxos.
Sus recomendaciones incluyen reclutar a los hombres ultraortodoxos a los 22 años, con 1.500 excepciones anuales para alumnos religiosos sobresalientes, e imponer multas a aquellos que se nieguen a prestar servicio militar o en el servicio nacional.
Mofaz, líder de Kadima, dijo que iba a sacar a su partido de la coalición de gobierno si sus recomendaciones no eran aceptadas y los políticos ultraortodoxos amenazan con que abandonar también si se las aceptan.
El servicio militar de los ultraortodoxos siempre fue un tema controvertido. Cuando el primer premier de Israel, David Ben-Gurión, acordó excluirlos para favorecer el estudio de la ley judaica, el número de personas que se vieron favorecidas por esta excepción era de 400, pero en 2010 ya llegaba a 62.500.
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