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Israel decidirá si otorga estatus permanente a Universidad de Ariel

La decisión del gobierno israelí de otorgar estatus universitario permanente a la Universidad de Ariel, una ciudad ubicada en territorio cisjordano, tiene profunda resonancia política.

Para los detractores de la política israelí de levantar asentamientos en Cisjordania, elevar el Centro Universitario Ariel de Samaria a universidad permanente sería un poderoso indicio de la presencia del Estado judío en territorios ocupados.

Para sus partidarios, la mejora de la institución sería la perla en la corona del gobierno en su política en Cisjordania, el corazón del judaísmo bíblico conquistado por Israel en 1967.

«Democráticamente, tendría una importancia simbólica que no tiene ningún otro asentamiento», dijo el analista político Yarón Ezrahí, de la Universidad Hebrea de Jerusalén. «Es un intento de legitimar la ocupación».

De más de 120 asentamientos que tiene Israel en Cisjordania, Ariel tiene un significado especial.

Con 19.000 habitantes, es uno de los mayores ubicado en los territorios que reclaman los palestinos. Adentrado en Cisjordania, su desmantelamiento es considerado esencial para la viabilidad de un futuro Estado palestino, ya que de ser anexionado por Israel abarcaría una parte importante de la región mediante el corredor que lo conectaría al resto del país.

Empero, su enorme población e infraestructura, que incluye un teatro, un complejo deportivo y una carretera de cuatro carriles, haría extremadamente difícil su desmantelamiento. Y el posible nuevo estatus del centro universitario daría un gran simbolismo a la sensación de permanencia.

«Ariel está para quedarse. No hay razón para tratarlo de forma diferente a Tel Aviv», dijo el líder de los colonos Naftalí Bennett. «Hace mucho que debería haber sido una Universidad».

El centro de Ariel funciona desde hace 30 años en una forma u otra, y últimamente es un centro de estudios universitarios con 12.500 alumnos. A sus aulas tienen acceso todos los ciudadanos israelíes, incluyendo los árabes. Pero al igual que otras universidades de Israel, no recibe a ninguno de los 2,5 millones de palestinos de Cisjordania.

El compromiso del gobierno encabezado por el ministro de Educación será decidido el próximo mes.

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