
Allí, Peres escucho a la cantante de octavo grado, líder del coro del colegio, y quedó abrumado ante su talento.
Esa noche, se sentó, puso sus pensamientos por escrito y compuso una canción para ella y toda la comunidad etíope.
No conforme con ésto, Peres solicitó a sus asistentes que envíen la lírica al músico Idan Raichel para que musicalice a sus palabras.
Raichel trabajó en la melodía durante una semana y solicitó apoyo a la cantante Kabra Kasai, quien emigró a Israel desde Etiopía, para que interprete la canción del presidente.