Diversas ONG de defensa de los derechos humanos criticaron la aprobación en primera lectura, en el Parlamento israelí de la ley conocida como Prawer-Begin, que determina el desplazamiento de miles de beduinos que residen en el desierto del Negev en el sur del país.

La norma, que aún tiene que superar los trámites de segunda y tercera lectura y que fue aprobada por 43 votos a favor y 40 en contra, «desposeerá a estas comunidades nómadas de sus territorios, destruirá sus pueblos y resolverá todas las reclamaciones de tierra pendientes a favor del Estado y en su contra», informó la ONG Adallah.

Por su parte, la Asociación de Derechos Civiles de Israel y la ONG de arquitectos Bimkom - Planificadores por los Derechos de Planificación, reiteraron su oposición al plan, que «en su forma actual sólo agravará la alienación y discriminación de los residentes beduinos de las aldeas no reconocidas del Negev».

«Provocará el desplazamiento y expulsión forzosa de decenas de tribus y de miles de residentes beduinos. Los desposeerá de sus propiedades y derechos históricos a sus tierras, destruyendo el tejido social de sus comunidades y condenando el futuro de miles de familias a la pobreza y el desempleo», recalcaron estas organizaciones en un comunicado.

«La ley está en camino de ser aprobada a pesar de la fuerte oposición de la comunidad beduina, el liderazgo político árabe, la sociedad civil, los académicos y la comunidad internacional», afirmó Thabet Abu Rass, director de Adallah en el Negev.

Según Rass, el Gobierno «se negó al diálogo y rechazó todos los planes alternativos y soluciones propuestas por la comunidad afectada, imponiendo este plan que viola sus derechos constitucionales y humanos y aumentará la pobreza y marginación de los beduinos y convertirá sus comunidades en centros de crimen, violencia y pobreza».

Varios diputados árabes reaccionaron en con ira durante la presentación y voto de la ley en el Parlamento.

Mohamed Barake, del partido Hadash, calificó la ley de «racista y obscena» y la rompió en pedazos en la tribuna del orador mientras indicaba que pertenece «al cubo de basura de la historia», informó el diario «Yediot Aharonot».

Una reacción similar tuvo el diputado Ahmad Tibi, de la Lista Árabe Unida-Taal, que volcó un vaso de agua por encima del texto y sentenció que la propuesta legislativa era «racista e hipócrita», antes de ser expulsado del plenario junto a Barake y otros parlamentarios que protestaban.

«Injusta, inmoral e inhumana» fueron otros de los apelativos utilizados por el diputado Ibrahim Sarsur (Taal), que aseguró que esta ley «declara la guerra a la població árabe del país».

La ley regulariza los asentamientos de alrededor de doscientos mil beduinos que residen en el desierto del Negev, incluidas las reclamaciones territoriales de estas comunidades nómadas sobre su derecho a las tierras que pueblan desde antes de la creación del Estado de Israel, en 1948.

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