El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, se volvió a reunir con el dirigente centrista, Yair Lapid, cuyo partido fue el segundo más votado en las reciente elecciones parlamentarias, para tratar de ganar su apoyo de cara a la formación del próximo gobierno.

El encuentro, de dos horas y media, se desarrolló en «una muy buena atmósfera», según el comunicado conjunto hecho público por ambos bloques políticos, Likud-Beiteinu y Yesh Atid.

Netanyahu y Lapid acordaron volver a reunirse a la brevedad.

Según informó el diario israelí «Maariv», Nentanyahu exigió a Lapid la participación de los partidos ultraortodoxos en la coalición para poder desarrollar el proceso político y de la facción nacionalista-religiosa, Habait Haiehud,í para influir una distribución equitativa de la carga militar y social.

El primer ministro intentó convencer a Lapid de su compromiso con el tema de la igualdad de la carga militar y social, mientras que Lapid le entregó un borrador corregido al respecto, el cual, según informó el rotativo, refleja mejor su propuesta.

Lapid también instó a Netanyahu a reducir de manera drástica el número de ministros y viceministros del nuevo Gobierno; especialmente en lo relacionado con las secretarías sin cartera que funcionan desde la oficina del primer ministro.

El diario «Haaretz» indicó que el cierre de dichas oficinas y el traslado de ciertas unidades operativas a otras que cumplen las mismas funciones, llevaría a un ahorro de 100 millones de dólares en los cuatro años de mandato del nuevo Gobierno.

El presidente de Israel, Shimón Peres, encargó a Netanyahu la formación del nuevo Ejecutivo que, a tenor de lo expresado en los últimos días por el entorno del primer ministro, podría unir a partidos de centro, derecha y religiosos.

Para conseguirlo, Netanyahu necesita obtener el apoyo de por lo menos 61 diputados en el Parlamento y dispone de 42 días para lograrlo.

«El votante quiere que Netanyahu sea primer ministro y Lapid se convierta en su aliado clave», afirmó el viceprimer ministro, Silván Shalom, en declaraciones a la radio del Ejército, «Galei Tzáhal».

Según Shalom, los electores son partidarios de «un Gobierno de unidad nacional».

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