El partido Kadima propuso una legislación que proporcione criterios claros para dar permisos de residencia a trabajadores, inmigrantes y cónyuges de ciudadanos israelíes. Esto dificultaría un poco más la llegada de inmigrantes al país, pero facilitaría su acceso a la legalidad.

Según la dirigencia de Kadima, las leyes actuales no son lo suficientemente amplias y explícitas como para hacer frente a la inmigración laboral. Sus diputados afirman que esta nueva iniciativa, permitirá un tratamiento más favorable a las personas que cruzan la frontera, como así también a sus hijos y cónyugues.

El éxito en el avance del proyecto de ley reafirma la decisión de integrar a Kadima a la coalición y demuestra que este partido es un miembro clave de ella. La iniciativa había sido pensada antes de unirse pero se la retiró bajo la certeza de que una legislación patrocinada por la oposición no tendría ninguna posibilidad de ser aprobada.

Respecto a los cónyuges no israelíes, tan sólo recibirán el status legal de Israel aquellos que estén por encima de los 22 años y declaren su lealtad al Estado, mostrando «una cierta habilidad» en el idioma hebreo y comprobando que ganan un salario igual o superior a la media israelí.

Para los inmigrantes, el proyecto de ley prevé una residencia de dos años que podría extenderse hasta cinco. Quienes permanecen en Israel legalmente desde hace 10 años podrían solicitar el estatuto permanente, que sería concedido tres años después de la aplicación.

Los inmigrantes que soliciten la residencia permanente tendrían que demostrar que no necesitaron la ayuda de los servicios de bienestar social durante el período de espera de tres años.

Se estima que entre 250.000 y 400.000 trabajadores extranjeros entraron a Israel durante la última década. Alrededor de 130.000 personas, la mayoría palestinos, entraron como familiares de ciudadanos israelíes.

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