La propuesta del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, de instalar un casino en la ciudad balnearia de Eilat, a orillas del Mar Rojo, para desarrollar el turismo en la zona, se encontró con un amplio desacuerdo parlamentario.
Los partidos religiosos que integran la coalición, las facciones opositoras de centro e izquierda, e incluso miembros del Likud de Netanyahu, manifestaron su oposición alegando que la iniciativa, de concretarse, conseguirá efectos contrarios a los que proponen el mandatario y varios ministros de su ejecutivo.
Netanyahu se reunió con el ministro de Transporte, Israel Katz, y el de Turismo, Yariv Levín, para concretar el proyecto y llevarlo a debate en las distintas comisiones del Parlamento a fin de traer una propuesta de ley a la Cámara.
Durante la década de 1990, el magnate norteamericano de la industria de casinos y sostenedor de Netanyahu, Sheldon Adelson, intentó abrir un casino en Israel, pero fue en vano, ya que la iniciativa fue frustrada por varios ministros de Turismo.
Medios locales informaron que Adelson podría ser uno de los emprendedores en caso de que el proyecto se traiga a licitación.
De llevarse a cabo la iniciativa, se cumpliría una promesa de campaña hecha por Netanyahu para comprobar los posibles efectos socioeconómicos de la legalización de un casino en Israel.
El mandatario informó del interés en «la conexión de Eilat a la economía israelí», mediante la creación de más puestos de trabajo en el lugar y el aceleramiento en la construcción de la ferrovía del tren ligero que deberá unir la ciudad portuaria con el centro del país.
Si la idea es aprobada y el casino se pone en marcha, podría ser instalado en el actual predio del aeropuerto internacional de Eilat, que está programado para ser reubicado en la zona de Timna, a pocos kilómetros de la ciudad.
Aunque los casinos en Israel son considerados ilegales, en el pasado algunas personas tomaban cruceros desde Eilat en barcos casino, que navegaban fuera de las aguas territoriales israelíes para poder apostar.
Los operadores de los barcos casino fueron acusados de organizar el juego ilegal, lavado de dinero y delitos fiscales.
En 1998, un casino abrió sus puertas en la ciudad palestina de Jericó, a pocos kilómetros de Jerusalén, proporcionando un vacío legal para los jugadores israelíes, como lo fue en el territorio controlado por la Autoridad Palestina (AP.
El casino se cerró en 2004, en el apogeo de la segunda Intifada.
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