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Israel: Likud teme fuga de votos a formaciones de centro

Moshé Kahlón - Yair LapidLos dirigentes de campaña del Likud temen un fuga de votos hacia el centro del mapa político después de que las últimas encuestas confirmaron un descenso de tres escaños en la intención de voto.

Los votos no parecen que vayan a parar al Grupo Sionista, encabezado por Itzjak Herzog y Tzipi Livni, sino a formaciones de centro, entre ellas Yesh Atid, del ex ministro de Finanzas, Yair Lapid, y Kulanu, del ex ministro de Comunicaciones, Moshé Kahlón.

«Esta vez el peligro de perder el gobierno es real», reconoció el ministro de Transportes, Israel Katz, cercano al primer ministro Binyamín Netanyahu, en una entrevista con la radio militar «Galei Tzáhal».

El partido Kulanu, que trata de captar al votante de derecha pragmático, surgió el año pasado cuando Kahlón se escindió del Likud.

Durante un mitin de campaña en el norte del país, Netanyahu advirtió a los militantes que tenían que sacar a los votantes a la calle porque «la victoria del Likud en las elecciones está lejos de ser segura».

«Si la diferencia que muestran las encuestas sigue aumentando podemos despertarnos la semana que viene con un gobierno encabezado por Buyi (apodo de Herzog) y Tzipi (Livni)», avisó.

«Buyi y Tzipi no son confiables en nuestra lucha contra los proyectos nucleares de Irán. Ellos no resistirían un minuto frente a las presiones internacionales y por lo tanto no impedirían a Irán equiparse con un potencial nuclear», agregó.

La ley israelí concede al presidente del Estado la entrega del mandato para formar gobierno después de los comicios, y no tiene por qué ser el partido más votado, como ocurrió en 2009 cuando Kadima que aún encabezaba Livni ganó al Likud por un escaño. Tras esos comicios fue Netanyahu el que obtuvo el mandato.

Sin embargo, el propio Netanyahu fomenta una ley en los últimos años para que la formación del Ejecutivo nacional recaiga automáticamente en el partido más votado, lo que ahora puede convertirse para él en un bumerán.

Los analistas indican que, si la diferencia entre ambos partidos se amplia a favor del Grupo Sionista, será difícil que el presidente Reuvén Rivlin se incline por Netanyahu.

Además, el 16% de los electores aún se muestra indeciso en su intención de voto, según un sondeo de «Galei Tzáhal».
    
Con este porcentaje, está por verse la atribución de 19 de las 120 bancas. El voto final de los indecisos determinará el resultado.
    
Entre los indecisos muchos parecen tener intención de no participar en la votación. Cientos de ellos fueron recibidos en Jerusalén por el presidente Rivlin, que trató de convencerlos de participar.
    
En este contexto despertó curiosidad la declaración de boicot de las elecciones de parte de Eli Avivi, «presidente» del «Estado de Ajziv», un pueblito turístico sobre el litoral norte israelí, cerca de Nahariya.

En su «Estado» - que imprime pasaportes pero no tiene ningún reconocimiento - el 17 de marzo no se abrirán las urnas.

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