El diputado Eli Yishai, ex presidente del partido ultraortodoxo sefaradí Shas, que se retiró de esa facción política para lanzar su propia agrupación, Yajad, explicó los motivos de su pelea con el líder actual de la lista, Arié Deri.

«Deri y yo tenemos diferencias de opinión. Yo soy de derecha, y él tiende a la izquierda. Deri y yo poseemos distintas trayectorias y liderazgos. No nos llevamos bien», argumentó Yishai.

Deri e Yishai son rivales desde que el primero regresó a la política y recuperó las riendas del partido hace un año y medio, tras haber pasado algunos años encarcelado por corrupción. Mientras Deri estaba fuera de la política, el entonces líder espiritual de Shas, el rabino Ovadia Yosef, determine que Yishai conduciría el partido.

Una encuesta proyecta que tras la partida de Yishai, Yajad y Shas obtendrían cuatro escaños cada uno - del total de once diputados que consiguieron los ultraortodoxos sefaradíes en las últimas elecciones.

Una fuente de Shas comentó que el partido está en apuros, remachando que «a este paso podríamos desaparecer del mapa político».

Para integrar el Parlamento es necesario recibir cuatro bancas; por ello, el sondeo coloca a ambas listas al borde de quedarse fuera.

Varios activistas de Shas trataron de irrumpir en el lanzamiento del partido de Yishai y le profirieron amenazas, obligando al Estado a asignarle un dispositivo de seguridad.

Para algunos analistas, el partido Shas fue víctima de la polarización entre los bloques de izquierda y derecha, a donde parece encaminarse el sistema político.

Mientras tanto, el ministro del Interior, Gilad Erdán, calificó de «despreciable» la alianza entre los líderes de los partidos laborista y Hatnuá, Itzjak Herzog, y Tzipi Livni, que tiene como slogan «Cualquiera menos Bibi», refiriéndose al primer ministro Binyamín Netanyah).

Erdán expresó que «Este dúo y la izquierda tienen argumentos superficiales que nosotros, el pueblo de Israel somos culpables por el hecho de que no hay paz y que si cedemos más entonces vamos a conseguirla. Pero no vamos a ceder. Toda la tierra que renunciemos será tomada por organizaciones terroristas yihadistas».

Entre tanto, tras la publicación del informe del Instituto del Seguro Nacional, la diputada laborista Shelly Yachimovich, culpó a Netanyahu de la pobreza y la brecha social en el país.

«La pobreza no es un producto del destino, ni un desastre natural, es el resultado directo de las políticas del Gobierno», apuntó Yachimovich.

Notas relacionadas:

Deri regresa a Shas después de 13 años

Mundo judío despide a «Grande de la Torá»: Rabino Ovadia Yosef

Sin Marán