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Netanyahu podría superar crisis política llamando a elecciones

Binyamin NetanyahuEl primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, que goza de gran experiencia política en su país tras seis años continuados en el cargo, percibe una inminente crisis política y se está moviendo para afrontar nuevas elecciones ya en 2015, dos años antes de lo previsto.

Su coalición de Gobierno es heterogénea y litigiosa. Incluye algunos moderados y demasiados extremistas; exponentes laicos militantes y también ultranacionalistas religiosos cercanos a los colonos.

La consecuencia de las profundas rivalidades ideológicas de la coalición, sobre diversas cuestiones claves, determina el inmovilismo de su Ejecutivo.

Por lo tanto, se hace necesario buscar una nueva fórmula. Netanyahu - afirman algunos analistas - podría exonerar tarde o temprano a centristas laicos como Yair Lapid y Tzipi Livni para dejar espacio a dos partidos ultraortodoxos hoy en la oposición.

Ese posible cambio no disgusta al dirigente laborista, Itzjak Herzog, que sueña - aunque hoy lidera en el Parlamento una lista opositora de apenas 15 diputados - con poder formar el próximo Gobierno con ayuda de las fuerzas centristas.

Los vientos de crisis que advierte Netanyahu no están vinculados ni al reciente conflicto en Gaza con Hamas ni a la fractura con la administración de Barack Obama, que alarma a los expertos locales.

La ocasión inmediata para los análisis en curso en la oficina del mandatario hebreo fue proporcionada por una ley sobre la conversión al judaísmo de sello liberal, que encuentra resistencia en el establishment rabínico.

Sobre esa ley Livni puso su peso politico, pero sorpresivamente, supo de Netanyahu que le retiraba apoyo. La semana próxima, igualmente la titular de Justicia dará batalla en el Parlamento, con la aceptación del primer ministro o sin ella.

Otros escollos conciernen a la ley financiera para 2015, que Netanyahu espera superar de algún modo. Pero la coalición se le está yendo de las manos.

Por un lado Netanyahu igue siendo hoy el personaje político considerado más idóneo para el cargo de primer ministro; detrás suyo el puesto está el vacío.

Pero su partido, Likud, pierde batallas y por ahora no logra garantizarse el largo margen de ventaja que le permitiría dar larga vida a una coalición más restringida y eficiente.

En los sondeos, otros cinco partidos - los laboristas, los centristas de Yesh Atid, los ortodoxos de Shas, los ultrnacionalistas de Israel Beiteinu y Habait Haiehudí - reciben entre 13-18 bancas cada uno. Nuevas elecciones llevarían tal vez a una inestabilidad aún mayor.

En este contexto trascendió que el ex primer ministro, Ehud Barak, que dejó la política activa hace dos años, ahora parece interesado en desafiar a Netanyahu.

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