Estados Unidos y Cuba completaron un canje de prisioneros como parte de la renovación de relaciones diplomáticas tras décadas de hostilidad entre ambas naciones, publicó «The Jerusalem Post». El diario agregó que este desarrollo político se está siguiendo de cerca en Israel en un intento de reanudar relaciones con la isla.

Además de liberar a Alan Gross, el contratista judío estadounidense que trabajaba para la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos, Cuba también dio a cambio un agente de inteligencia que espió para Estados Unidos durante casi 20 años.

Estados Unidos, a cambio, liberó a los tres agentes de inteligencia cubanos detenidos en suelo norteamericano, apuntó el rotativo. La Habana se comprometió, además, a liberar a 53 presos «activistas y opositores políticos del régimen».

La oposición a la medida del presidente Barack Obama por parte de los legisladores estadounidenses de origen cubano fue destacada por «The Jerusalem Post», que señaló que «será interesante ver si el Congreso permite a la administración de Obama renovar los lazos con Cuba. También será interesante ver si el Congreso aprueba los fondos para un embajador en La Habana».

El diario hizo un inventario de las alianzas de La Habana con el Egipto de Nasser, la Libia de Gaddafi, y la Siria de Assad y el apoyo a la OLP y destacó que el régimen de Castro «no se mostró antisemita».

El rotativo asegura que en los últimos años «los lazos entre Israel y Cuba mejoraron. Turistas israelíes visitan la isla, y empresarios israelíes hicieron un viaje a Cuba como parte de un viaje turístico organizado por el Joint Distribution Committee».

Por el restablecimiento de las relaciones citan al ex agente del Mossad, Rafi Eitán, quien fuera miembro del Parlamento y ex ministro de Jubilaciones en Israel, que tiene lazos comerciales con La Habana, mediante su empresa BMGroup, especializada en el sector citríco.

La empresa BMG Inc. fue creada en 1992 y está radicada en Panamá. En noviembre de 1997 la compañía fue penalizada por Estados Unidos, pues comercializaba en tierras expropiadas a norteamericanos.

Entonces, a sus ejecutivos y familiares inmediatos se les prohibió la entrada a Estados Unidos, y para hacerlo debían demostrar en un término de 45 días que no habían violado las leyes norteamericanas.

El periódico recordó que «Cuba rompió relaciones diplomáticas con Israel inmediatamente después de la Guerra de Yom Kipur, en 1973» y que «Cuba bajo el Gobierno de Fidel Castro fue uno de los principales actores en contra de Israel».

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