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Un espacio para el espacio


Los israelíes tienen de qué estar orgullosos de su país. Hay pocos Estados en el mundo, si los hay, que han conseguido los logros científicos obtenidos por Israel desde la Segunda Guerra Mundial.
 

En términos por unidad de habitante, Israel es líder en la mayoría de parámetros científicos y tecnológicos. Dentro de ese mundo de logros, se destacan los conseguidos por la Agencia Espacial de Israel.

La AEI fue creada en 1983 como una institución gubernamental para coordinar todos los aspectos de la exploración espacial. En su establecimiento se propusieron objetivos tanto desde el punto científico-tecnológico como de uso comercial.

A esos efectos se planeó el desarrollo de satélites para ser lanzados al espacio con lanzadores propios y de otras naciones y la fabricación de cohetes lanzadores a fin de alcanzar la autonomía espacial.

La visión de la AEI puede resumirse en aspirar a ser la catapulta de lanzamiento del progreso tecnológico, esencial en toda sociedad moderna; ser el instrumento para desarrollar una sociedad basada en el conocimiento y servir al mejoramiento continuo de los calificados científicos y técnicos israelíes.

Los principales objetivos eran:

* Construcción y soporte de satélites para exploración espacial y para la exploración de la tierra desde el espacio.
* Desarrollo de tecnologías, conocimiento e infrastructura científica requerida por la exploración espacial.
* Promoción de cooperación internacional en investigación espacial y su aplicación al fortalecimiento de intereses nacionales de Israel.
* Promover vínculos entre la sociedad israelí, la investigación y la exploración espacial.

A tales efectos, la AEI firmó acuerdos de cooperación con agencias espaciales de otros países: Estados Unidos, Francia, Canadá, India, Alemania, Rusia, Holanda, Ucrania y Brasil, entre otros.

El primer satélite israelí - Ofeq 1 - fue lanzado desde la base de Palmajim en septiembre de 1988. Con él se inició la serie de los llamados satélites de reconocimiento. Luego vendrían Ofeq 2, Ofeq 3 y Ofeq 5. Ofeq 4 sufrió fallas en el despegue, lo que sirvió de base al mejoramiento de los sistemas que llevaron al éxito del Ofeq 5.

Con el lanzamiento de Amós comienza la serie de satélites de comunicaciones. Amós fue puesto en órbita por medio de un vehículo francés. Este satélite, que se destacó por ser convenientemente liviano y por poseer una ultra sofisticada tecnología, fue desarrollado por Israel Aerospace Industries.

La serie de satélites Eros se inició en el año 2000. Eros fue enviado utilizando un vehiculo lanzador ruso. Se trata del satélite comercial más liviano en su género y proveyó imágenes de altísima resolución.

La serie de satélites israelíes es muy amplia y con nombres variados. Entre ellos el satélite del Technion TechSAR, satélites y microsatélites varios de investigación con empresas como Rafael, Elbit systems, IAI, etc. Se destaca asimismo el vehículo lanzador israelí Shavit, uno de los más avanzados del mundo y orgullo de la industria Malam (Israel Aerospace Industries). Este vehículo permite lanzamientos de alta confiabilidad y a muy bajos costos de micro y minisatélites a órbitas denominadas bajas (Low Earth Orbit - LEO).

Tan importante como los logros científicos y tecnológicos que significan poder diseñar y construir satélites, se destaca también la formación del staff de científicos e ingenieros que dicho proceso desarrolló.

Desde su primer lanzamiento, Israel entró en el exclusivo club de los siete países que poseen tecnología para poner en el espacio sus satélites. Israel lo consiguió con su propio lanzador, Shavit, considerado uno de los mas avanzados en el mundo. Estos logros contribuyeron a enfatizar la creatividad de la comunidad cientifica del país, a perfeccionar la calidad de sus recursos humanos y a desarrollar aún más la alta tecnología y la calidad de la investigación en las instituciones académicas.

Se destacan también los avances de la comunidad espacial israelí en áreas de electro-óptica, ciencias de computación e informática, microelectrónica y el desarrollo de nuevos y más avanzados materiales, entre otras disciplinas.

Israel, a través de su comunidad técnica, científica e industrial, es capaz de desarrollar, construir, lanzar y operar satélites y vehículos lanzadores. Puede competir en altísimas performances con países más grandes y con muchísimos mayores recursos.

Israel es capaz de ofrecer al mundo la imagen de una sociedad centrada en conocimientos avanzados del planeta. Es sin duda, un motivo más de orgullo para los habitantes del país.