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"En el futuro se podrá hacer agricultura desde el espacio"

Profesor Moshé GuelmanPocos días después de que el Tejnión festejó que uno de sus docentes, el Profesor Daniel Shechtman, recibiera el Premio Nobel de Química 2011, consideramos oportuno hablar con un experto compatriota que conoce el tema desde adentro.

El Profesor Moshé (Mauricio) Guelman, científico uruguayo-israelí, radicado en Israel desde 1969, estudió en la Facultad de Ingeniería en Montevideo y se doctoró en la Universidad de París. En Israel trabajó durante 25 años en el centro de investigación Rafael y luego se sumó al Tejnion (Politécnico de Haifa), a la Facultad de Ingeniería Aero Espacial de la cual es Profesor Emérito.

El ProfesorGuelman dirigió también durante varios años el Instituto de Investigación Espacial.


- Profesor Guelman, el Tejnión está de fiesta con un nuevo Premio Nobel salido de sus aulas, el Profesor Dan Shechtman, Nobel de Química 2011. ¿Es un justificado motivo de fiesta?
- Creo que es importante destacar que el que tiene el honor y el crédito es el Profesor Shechtman. Todo lo que nosotros tenemos es el reflejo de la energía que él da. A veces en Israel tenemos la tendencia a ver algo así como si fuera de todos, pero la verdad es que es él quien lo logró, el que recibió el premio con justicia. Y para él, el honor.

- La impresión es que irradia realmente una energía especial...
- Es verdad. Es su energía, la impresión de que es posible hacerlo, de que también en Israel y en el Tejnión es posible hacer cosas que son únicas en el mundo.

- Apenas se informó que él sería el galardonado, se destacó que su hallazgo de los así llamados "cuasi-cristales" ya tiene varios años y se hizo hincapié en su perseverancia, en su insistencia positiva. O sea, no sólo que no apreciaron de inmediato, durante años, su descubrimiento, sino que lo criticaron, lo condenaron duramente. Pero él fue categórico, dijo que sabe cuál es su verdad: "yo sé lo que vi en el microscopio", aseguró. Y nos referimos por supuesto a algo revolucionario en la naturaleza de los sólidos, a una estructura diferente de la conocida hasta el momento.
- Exactamente.

- ¿Y no es esa de hecho una característica de cualquier científico que sigue adelante, a veces a paso de hormiga, hasta poder demostrar lo que está investigando?
- Sí; pero uno tiene que estar muy seguro de si mismo. Y eso no todos lo tienen. Hay que tener de verdad seguridad en uno mismo para poder seguir. Tengo entendido que otros vieron lo mismo que él, antes inclusive, pero no tuvieron la seguridad o pensaron que estaban equivocados y no estaban dispuestos a seguir adelante. Creo que eso le da al Profesor Shechtman más crédito todavía. Que no sólo estaba convencido sino que tuvo la fuerza para seguir adelante. Esto es algo muy importante: estar seguro de que lo que estaba haciendo es la verdad, sin que importe lo que los demás piensan. A veces es un poco exagerado lo que pasa en Israel o entre judíos al respecto, eso de creer que uno tiene la verdad, con seguridad absoluta, pero por otro lado ¿cómo habría continuado el pueblo judío sin una creencia así? Eso se refleja en la gente.

- En casi 64 años de vida independiente, Israel obtuvo diez Premios Nobel y tres de ellos son de científicos del Tejnión. Hay, evidentement,e algo especial por allí, en el lugar en el cual usted mismo enseña.
- Es verdad. La primera vez la sorpresa fue mayor todavía, pero por otro lado ahora el premio fue sólo para él, no compartido con otros como en la oportunidad anterior, que fueron dos profesores del Tejnión y uno de Estados Unidos. O sea que es todavía más impresionante. Y el hecho que no fue un caso aislado sino algo que se repite, da la sensación de que nosotros también podemos hacerlo.

- Y usted que está adentro, en el Tejnión, hace ya muchos años, seguramente no se sorprende. ¿Por qué el Tejnión? ¿Por qué tres Premios Nobel en un país tan chico, salen del Tejnión?
- ¡Oh! Es una pregunta difícil. De afuera quizás sea más fácil; de adentro es más difícil. (risas) Bueno... ¿Por qué el Tejnion? El nivel de la gente es muy alto. Eso es verdad. Está mal, porque yo estoy acá adentro, y decir eso no queda muy bien. Pero creo en serio que es es uno de los motivos más importantes. El nivel de verdad es muy alto. Segundo: es el reflejo de la actitud en general de la gente en este país, de los judíos en general. Y por supuesto que cuando es al nivel más alto, eso se refleja en todas las actividades. Hay por supuesto un sentido de competencia, no de manera directa, pero se siente. No es competencia entre la gente sino con el mundo; es un decir que podemos ser tan buenos como el mejor del mundo. Eso da el resultado que la gente no tiene miedo de hacer cosas y de pensar en cosas que uno, que es un poco más apocado, no a nivel personal sino como grupo, no sería capaz de hacer. Eso de la seguridad en sí mismo que mencioné antes sobre el Profesor Shechtman, va también para el grupo, para la institución, no sólo a nivel individual. Y en el ambiente general se busca hacer lo mejor, que se ve en la manera que la gente es elegida en el Tejnión, de la manera en que se define quién puede ser parte, la manera de reclutar gente. Todo eso crea un clima de tratar de ser los mejores. Eso existe. Es claro.

- ¿Es importante también la política oficial del Estado, del ministerio de Educación? Sé que también hay muchas donaciones, pero ¿dónde entra aquí la política de Israel como Estado respecto a la investigación científica?
- No creo que eso influye demasiado. Creo que es la gente que empuja para adelante, y no lo que viene de afuera. Creo que la gente es la que hace el cambio. Cada uno se siente como si fuera el responsable de todo. No es que uno espera que venga alguien de afuera y diga "vamos a darte un poco de dinero para que hagas el trabajo". No. Yo quiero hacer el trabajo y voy a encontrar la manera de encontrar lo que necesito para poder hacerlo. Y eso viene de cada uno. No es algo externo sino una fuerza interna que existe en la mayoría de la gente. No digo que en todos, pero sí en la mayoría. Es decir que yo no preciso la ayuda de otros para hacerlo, sino que la responsabilidad es mía. Cada uno siente responsabilidad por lo que tiene que hacer, independientemente de la política oficial de enseñanza.

- Pero si no hay presupuestos, no se puede trabajar. Si no hay fondos para investigación científica, eso incide en las posibilidades de hacer las cosas. El propio Profesor Shechtman se refirió al tema, elogió la política actual respecto a la educación superior, aunque criticó sobremanera el hecho que en primaria hay sectores que no estudian, entre otras cosas, ciencias. Y años atrás, hubo Premios Nobel que dijeron que si no se dedica más presupuesto a la investigación científica, ellos serían los últimos con ese galardón.
- Es verdad. Hubo una época en la que en manera casi brutal se bajaron los presupuestos y era muy difícil encontrar el dinero necesario para hacer cosas. A pesar de todo lo que dije sobre la fuerza interna de cada uno, que es cierto, el hecho que a pesar de que uno hace todo el esfuerzo no se consiguen los fondos, es un problema.

- Claro, con idealismo y ganas no alcanza, cuando no hay presupuesto para pagar un laboratorio, para pagar a investigadores, todo lo necesario en este esfuerzo...
- Por supuesto. Y ahora hubo un cambio desde el punto de vista de presupuesto. Es verdad. Un ejemplo: Hoy en día hay en el Tejnión 600 miembros del equipo académico, profesores a distintos niveles. Hace siete u ocho años eran como 700. Y eso es como consecuencia de la baja de presupuestos. Hay temas que uno puede hacer o no, dependiendo si existen las posibilidades. En mi propia Facultad de Ingeniería Aeroespacial, el equipo académico tenía 34 personas y ahora tenemos 25-26. Pasó lo mismo en todo el Tejnión. Y esto tiene un efecto porque hay cosas que uno quiere tratar y no puede.

- Y ahora, dice usted, ha vuelto a mejorar...
- Así es. Comprendieron que es un problema serio y han vuelto a cambiar la política. Antes era parte de una política de cambiar todo el sistema de privatización y cómo pagar a los profesores. Creo que era una manera de hacer presión, pero vieron que no funciona.

- Contando todos esos elementos, los altibajos en los presupuestos oficiales dedicados a la investigación científica y tecnológica, pero también la forma en que suele presentarse a Israel como el "Silicon Valley" de Oriente Medio y todo el movimiento que hay en el terreno ¿diría usted que es justificada la imagen de Israel como un pilar, quizás un titán en investigación científica y avance tecnológico?
- Creo que sí; en muchísimos temas. No en todos. Hay que tener la modestia suficiente para entender que un país de siete millones y con todos los problemas que tiene, no puede compararse a otros que son mucho más grandes del punto de vista económico y de población. Pero sin ninguna duda, sin ninguna relación o proporción a su población, lo que ha creado Israel es algo extraordinario, en todo lo que tiene que ver con lo que se llama el high tech, en todo tipo de temas relacionados con medicina, computadoras, comunicaciones, con el espacio y por supuesto lo que tiene que ver con la seguridad. Israel, sin duda, es de los países más adelantados del mundo. En eso no hay lugar a dudas.

La investigción espacial

- Y esto me lleva justamente a preguntarle sobre su área de especialidad, la investigación del espacio. ¿En qué lugar se ubica Israel al respecto?
- Creo que Israel sigue estando en las primeras posiciones. No es una carrera olímpica como para poder definir puestos exactos, pero sin duda sigue en su posición de ser activo y con ideas nuevas. Eso no ha cambiado.

- Cuando tuve el gusto de entrevistarlo hace varios años, me había contado que siete países habían enviado satélites al espacio y que Israel era uno de ellos.
- Es importante aclarar: siete países con sus propios medios. Israel fue capaz de crear no sólo los satélites sino también los medios para llegar al espacio, lo cual significa total independencia.

- Y es un punto interesante el que destaca, ya que hace pocos días se lanzó un nuevo satélite, el AMOS 5, desde Kazahstán. ¿Qué tiene de especial?
- Que fue hecho por los rusos y enviado por los rusos al espacio. (Risas).

- ¿Y cuál es el rol israelí en ello? Es que se lo presenta como satélite israelí.
- No tengo nada que ver con ese proyecto, pero sé lo que hicieron. El rol israelí es que Israel definió lo que quiere hacer con eso. No hay que olvidarse que es algo que hace una empresa financiera que quiere ganar dinero y por lo tanto busca la solución más rentable que responda a las necesidades y definición de la compañía. Y en este momento encontraron que una compañía rusa era capaz de hacer lo que ellos querían. Pero la definición fue dada por Israel.

- Y ese es un elemento muy importante...
- Tiene una importancia esencial, porque uno puede tener la capacidad técnica, pero tiene que saber qué hacer con ella. Son dos aspectos diferentes. Basado en la capacidad de Israel también para hacer, es que se pudo definir qué es lo que Israel quería hacer. Desde el punto de vista económico, era más barato comprarlo en otro lado.

- ¿Qué nuevos proyectos se están desarrollando en este campo?
- Por ejemplo, el satélite conjunto con Francia. La decisión fue tomada hace unos cinco años por Israel y Francia, hacer juntos un satélite, algo único. Está basado en tecnología israelí. Es un satélite experimental. El Tejnión es partícipe activo. Tiene un nuevo método de propulsión que fue desarrollado en Israel. Será lanzado al espacio dentro de dos o tres años aproximadamente. Es de verdad un satélite de tipo diferente y nuevo, basado esencialmente en ideas de Israel.

- ¿Qué tipo de satélite es?
- De observación, con fines científicos, de agricultura, bosques y agua. También va a poder hacer maniobras en el espacio que otros satélites normalmente no lo hacen. Podrá volar a una cierta altitud, luego bajar a una diferente para poder mirar las mismas regiones con una resolución diferente. Es algo que no fue hecho antes.

- Perdone si mi pregunta suena a ignorante, pero ¿en qué puede ayudar un satélite a la agricultura?
- Ah; pregunta excelente. La idea es poner instrumentos en la tierra y al mismo tiempo tomar fotos en distintos colores desde el satélite. Por ejemplo, si falta agua, se va a reflejar de distinta manera en las imágenes que se van a recibir en el satélite, y basado en la intensidad de distintos colores y con las mediciones que se hacen en la tierra, es posible definir si falta agua o no, si hay una enfermedad en las plantas o no. O sea que en terrenos muy grandes en los que se invierte muchísimo dinero, no se precisa que la gente vaya al lugar, sino que será posible, observando desde el espacio, saber si en cierto territorio falta agua o hay algún tipo de enfermedad, por dar un ejemplo.

- Qué increíble...
- Tiene también otros usos y aplicaciones. Yo di un ejemplo sólo relacionado a la agricultura, vegetación, bosques y agua. Hay unos 50 lugares distintos del mundo que participan en este programa, que harán las mediciones en la tierra. Basado en la relación entre lo que se obtiene directamente en la tierra y lo que el satélite capte en las fotografías, será posible crear una base de datos que permitirá, en el futuro, hacer agricultura desde el espacio.

- Y yo justo le iba a preguntar si le gusta la ciencia ficción...
- (Risas) Pero esto es ciencia basada en ficción anterior.

- Hoy superada por la realidad... ¿Qué otro proyecto interesante está siendo desarrollado?
- Un colega mío tiene un proyecto muy interesante que ahora ha comenzado. Es un telescopio espacial muy singular. Un telescopio tiene un número de lentes, que normalmente se construyen de manera rígida. Cada uno de los elementos ópticos está conectado al otro de manera mecánica, y eso permite construir un telescopio que tiene dimensiones determinadas. No se puede enviar desde la Tierra un telescopio que mida cien metros de largo, por ejemplo. Pero sí es posible en el espacio colocar los distintos componentes del telescopio sin una unión física. A través de control, se pueden ubicar en el espacio de tal manera que es como si estuvieran conectados mecánicamente, sin que uno toque al otro. Así, es posible construir un telescopio que tenga cien metros. Este es un trabajo que están haciendo ahora. Es un proyecto un poco futurista, pero extraordinario. El Tejnión está en eso también.

- Y ya que hablamos de futurismo... ¿tiene usted algún sueño que quiere cumplir?
- ¿Cuando sea grande?

- O antes... La otra vez usted me hablaba de materiales que seguramente serán desarrollados, que ahora no existen; por ejemplo... Bueno; también las ideas se van desarrollando; y quizás a usted le surgen nuevos sueños.
- Las ideas, sí, junto con la tecnología que permita implementarlas. La capacidad del ser humano hoy en día tiene sus limitaciones. Y a mi, hablando de sueños, me gustaría tener medios de propulsión que no tenemos hoy. Si los hubiera, se podría hacer cosas muy diferentes. La tecnología ha avanzado en la propulsión pero de manera muy lenta. Es una de las limitaciones más grandes que tenemos. Hay cantidad enorme de ideas, pero la tecnología todavía no ha llegado a ello. Las ideas son futuristas y extraordinarias, que realmente son más ficción; en esto la gente está trabajando. Si no se logra en nuestra generación, será más adelante. Hay que seguir trabajando.

El espacio y la seguridad

- Profesor Guelman, Israel lidia con no pocos desafíos de seguridad. ¿Cuál es la importancia del espacio en la lucha por la seguridad?
- El espacio tiene una importancia enorme. Hablo en general, no de Israel. Estados Unidos tiene toda una flota de vehículos no piloteados, que no serían capaces de hacer lo que hacen, si no hubiera satélites de comunicación, de control y demás. Es como lo que cayó hace poco en Irán.

- ¿Se refiere a lo que llamaron "el animal de Kandahar"?
- Exactamente. Y hay que entender que cubrir regiones enormes, es algo que se puede hacer sólo desde el espacio. Los aviones sin pilotos se envían sólo después que según la información recibida desde el espacio, se sabe que vale la pena mandar algún tipo de vehículo. Si no, no tiene sentido. No se puede cubrir millones de kilómetros cuadrados sin la capacidad de observación desde el espacio, en cualquier situación: noche, día, cuando está nublado y cuando no, y en buenas resoluciones. Y también eso necesita la capacidad de comunicación, control, navegación, que es dada por los satélites.

- ¿Y dónde está Israel en ese campo?
- En un muy buen lugar.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay