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Murió Haim Hefer, ícono cultural israelí

Haim HeferDramaturgo, poeta, escritor y ganador del Premio Israel, Haim Hefer, ícono cultural y creador de obras como «Hasela Haadom» (La roca roja, en hebreo) e «Hi Lo Iadá et Shmá» (Ella no sabía su nombre), entre centenares de otras no menos famosas, falleció a los 86 años en Tel Aviv.

Hefer nació en Polonia y emigró a la Palestina del Mandato Británico en 1936 a los 11 años. A los 17 se unió al Palmaj - la fuerza de ataque de élite de la Haganá, la pre-estatal milicia judía que luchó contra los británicos para lograr la independencia de Israel - donde creó la primera banda militar, el Chizbatrón.

Allí conoció también al famoso dramaturgo y periodista, Dan Ben-Amotz, junto con quien fundó la «Reviiat Moadón HaTeatrón» (el Cuarteto Theater Club) y otras compañías artísticas.

También co-escribió el popular «Yalkut Hakzavim» (El Libro de Fibs), una colección de historias cortas que describen el servicio en el Palmaj.

Hijo de Isasjar Feiner, un vendedor ambulante de chocolate, y Rivka, una ama de casa, pasó sus primeros años de vida en su Sosnowice natal, para trasladarse luego a Myslowice, donde el poeta Haim Najmán Bialik vivió y escribió durante un año entero, razón por la cual la ciudad había tomado un gran valor simbólico para los judíos.

A sus 9 años, su padre se unió al movimiento sionista Gordonia y fundó la primera sucursal en Myslowice.

«Era tanto el presidente como el único miembro, y vinieron a visitarme desde Katowice a escuchar lo que era nuevo en la sucursal local», aseguró Hefer en 2004, durante una entrevista con el diario «Haaretz».

De niño, estudió hebreo con un tutor privado, y todos los días iba a copiar una página de un libro con los puntos de las vocales.

Al llegar a Palestina, su hebreo era como el de un estudiante de la escuela secundaria Tarbut, y solía utilizar expresiones anticuadas lo que despertó el desprecio de otros niños.

Sin embargo, logró deshacerse de aquello muy rápido y adaptarse al lugar.

Así fue como Hefer consiguió sumarse a la sociedad de israelíes nativos, sin que nadie recordara su pasado en la diáspora, pero sin negar jamás su origen polaco.