Sábado por la noche; ciudad de Beer Sheva; teatro HaMishkán LeHomanuiot Habamá; gran expectativa; todo listo; luces y sonido; una sala espléndida y un amplio escenario para recibir a uno de los espectáculos más soñados por la comunidad latinoamericana: Víctor Heredia. 

No solamente recibíamos a un cantante, también a un poeta, a un ser humano que a través de muchas generaciones nos regalo su arte; y junto a todo eso, su militancia en la lucha por los derechos del hombre, por la paz, por los derechos de los pueblos indígenas del continente. entre otras muchas cosas.



Después de algunas presentaciones de rutina como en todo evento ciudadano, apareció en escena el Sr. Víctor Heredia. De ahí en más, durante casi dos horas de recital, nos deleitó no solamente con sus canciones, sino además, y por una vez más, demostró su calidez, sencillez y humildad que lo hace aún más grande.



Beer Sheva se vistió de fiesta, el público no paraba de cantar junto con él; el teatro prácticamente lleno deliraba al ritmo de sus melodías. Era algo nunca visto por nuestra comunidad en nuestra ciudad. Es por eso que quiero recalcar el apoyo brindado.



El final fue apoteótico con "Dulce Daniela", "Sobreviviendo", "Todavía cantamos" y el "Viejo Matías"; con la gente de pie pidiendo que no se vaya y devolviendo con aplausos todo lo que había recibido. Algo muy emocionante.



Quisiera agregar la profesionalidad y calidad interpretativa de sus músicos, como así también agradecer a la municipalidad de Beer Sheva por todo su apoyo a este evento; a su intendente, Sr. Rubik Danilovich; a la empresa Kivunim y su departamento de absorcion; a las organizaciones OLEI Beer Sheva y Gente Latinoamericana que trabajaron incansablemente para que el recital fuera un éxito; a Radio Lev por todo su aporte.



Dejo para el final al público por su participación, su compromiso con el espectáculo y su entrega. Llegó desde todos los lugares del país: ciudades, kibutzim y moshavim.

 

Beer Sheva fue por una noche la capital de la comunidad latinoamericana en Israel.

Fotos: Gentileza León Ostrogue