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Israel: Estrenan película sobre asesinato de Rabin

«Rabin: The Last Day»El asesinato del primer ministro israelí es el tema de la película «Rabin: The Last Day», del director israelí Amós Gitai, que se estrenó esta semana. Hace 20 años, el extremista judío Yigal Amir mató a disparos al jefe de Gobierno, después de un multitudinario acto en Tel Aviv.

Veinte años después, el asesinato es «una herida abierta en la sociedad israelí. Aún seguimos sintiendo sus consecuencias», afirmó Gitai.

Y es que el acuerdo de paz con los palestinos al que aspiraba Rabin no se pudo concretar. En vez de eso, la región sigue sacudida una y otra vez por nuevas olas de violencia.

El asesino logró su meta y hasta hoy cumple cadena perpetua. En prisión se casó y tuvo un hijo.

Una pregunta que se plantea una y otra vez en los días previos al vigésimo aniversario es qué hubiera pasado si Rabin hubiese sobrevivido. ¿Y si no lo hubieran asesinado? ¿Habría paz? El compañero de ruta de Rabin en ese momento y posterior primer ministro Shimón Peres cree que «hoy tendríamos un país más estable».

Gitai cuenta en su película con los testimonios de Peres y de la viuda de Rabin, Lea, fallecida cinco años después del asesinato. Además, muestra el trabajo de la comisión de investigación del atentado.

Con una mezcla de ficción y de fragmentos documentales, Gitai, uno de los directores israelíes más conocidos, muestra el clima que se vivía entonces en Israel.

La derecha ultranacionalista de Israel, sobre todo la de los asentamientos, agitaba los ánimos contra Rabin, al que consideraba «traidor» y «asesino». Mientras rabinos extremistas maldecían al primer ministro con el ritual mágico «pulsa denura» (en areameo «látigos de fuego»), una ceremonia en la que se invoca a los ángeles de destrucción para acabar con los enemigos.

Y el entonces líder de la oposición y actual jefe de gobierno Binyamín Netanyahu, del partido Likud, hablaba en actos en los que los opositores a la política de reconciliación de Rabin llevaban un ataúd con su nombre y carteles en los que se veía a Rabin con uniforme de las SS. También coreaban consignas en las que deseaban su muerte.

Desde entonces, se suele acusar a Netanyahu de que su comportamiento contribuyó a crear el clima que llevó al asesinato de Rabin y, finalmente, a que él lograra el puesto de primer ministro.

Netanyahu afirma hasta hoy que nunca oyó esas expresiones de odio en las manifestaciones. «Quizá necesita un otorrino o padece de una percepción selectiva», comentó Gitai.

«Los políticos que hoy lideran este país no intentan encontrar un denominador común para el pueblo», sostuvo el cineasta. «En vez de eso, incitan a un grupo contra otro, a judíos contra árabes, a religiosos contra no religiosos. Me temo que esa incitación puede finalmente llevar a la destrucción del proyecto israelí. Israel se vuelve cada vez más religioso y eso es peligroso», agregó.

«Rabin no era un izquierdista deslumbrado, que se hacía ilusiones. Era un patriota israelí, que entendió que Israel debe encontrar caminos para sobrevivir en Oriente Medio», subrayó Gitai.

«Estaba decidido y era valiente, era un verdadero estadista, es decir, no era un político típico. De esa manera, se diferencia mucho de los personajes que hoy gobiernan el país», afirmó.

Según Gitai, también tienen culpa en la muerte de Rabin las organizaciones palestinas radicales que, con sus sangrientos atentados suicidas en los momentos más importantes del proceso de paz, le quitaron mucha legitimidad a su política.

«Hoy en día siguen marcando el tono los que impidieron la paz. Una coalición estable de aquellos que no quieren la paz es la que sigue gobernando en Oriente Medio. Eso es una tragedia», añadió.

La película de Gitai, de 153 minutos y realizada en coproducción con Francia, también está pensada como llamamiento a despertar a la izquierda israelí, «que cayó en un sueño profundo. No existe ninguna figura a tomar en serio que pueda suponer una alternativa a Netanyahu y su política. Esa figura fue asesinada hace veinte años», se lament Gitai.

«El líder de la oposición, Itzjak Herzog, es simplemente un abogado amable que pertenece a la clase más alta. El difícil cargo de primer ministro de Israel requiere más», consideró.

Con su película, presentada en los Festivales de Venecia y Toronto, Gitai también quiere mostrar el trágico fracaso de la policía y el servicio secreto en la protección de Rabin y alentar el debate sobre las causas de la actual situación.

«Israel se encuentra en un estado de paralización política. No estoy furioso, más bien estoy triste», dijo al respecto.


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