En un sector representativo de Gaza, devastado por los últimos bombardeos israelíes, unas ruinas llaman la atención. La primera es un trozo de pared donde está plasmada en spray la blanca figura de un gato gigante, que simula jugar con un estambre de hojalata.

En otro lugar se encuentra la silueta de una torre de vigilancia sosteniendo a niños mientras se columpian en ella.

Finalmente, en un desolador escenario, lo único que quedó en pie es una puerta posteriormente intervenida con el cuerpo de Níobe, personaje de la mitología griega cuyos 14 hijos fueron asesinados.

Estas imágenes que hoy recorren el mundo a través de internet son las obras más recientes de Banksy, artista británico de street art, reconocido mundialmente por su trabajo basado en la cultura del grafiti y las problemáticas sociales tratadas con ironía.

El pasado 25 de febrero, el artista nacido en la ciudad inglesa de Bristol y cuyo verdadero nombre no se conoce, subió a su portal varias imágenes de estas obras creadas durante su último viaje clandestino a franja palestina.

Al mismo tiempo, hizo circular un video en Youtube que en menos de dos minutos muestra su llegada a Gaza por un túnel ilegal, el estado de devastación de la zona y los testimonios de algunos lugareños.

El artista presenta el material audiovisual como la sátira a una publicidad de destinos turísticos, promocionando el territorio que en 2014 sufrió el asedio de la operación militar israelí «Margen Protector», que acabó con la vida de más de dos mil palestinos y destruyó 18 mil hogares.

Haciendo alusión al aislamiento del territorio de la franja con el resto del mundo, comienza con la frase: «Voy a hacer que este año tú descubras  un nuevo destino».

Manteniendo su característico misterio, Banksy no reveló la fecha ni otros detalles relativos a su paso por el enclave palestino.

Esta no es la primera visita del artista del grafiti a la zona. En 2005, Banksy viajó para pintar grafitis en el muro de Cisjordania. El objetivo, según sus palabras, era convertir la barrera de seguridad israelí de siete metros de altura «en la galería de arte más grande del mundo».

Tras ese primer viaje, donde dejó cinco murales, el artista aclaró: «No pretendo hacer del mundo un lugar mejor, sí más vistoso y bonito».

Sin embargo, ahora finaliza su video con una pared donde plasmó la frase: «Si nos lavamos las manos en el conflicto entre los poderosos y los que no tienen poder, nos ponemos del lado de los poderosos, no somos neutrales».

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