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Israel: «Eretz Nehederet» se burla de elecciones

Eyal KitzisPara muchos israelíes, la campaña electoral sólo empezó de verdad con el regreso a la televisión de «Eretz Nehederet» (país maravilloso, en hebreo), un mordaz programa satítico que lleva varias temporadas exitosas.

El programa ofrece un punto de referencia cultural para un entorno político conocido por su encendida retórica, con más dosis de humor conforme se acercan los comicios.

Todos los partidos políticos buscan ganar popularidad con vistas a las elecciones del 17 de marzo, y la 12ma temporada del programa mantiene a los candidatos en la incómoda incertidumbre de si serán el próximo blanco de burlas.

«Para un programa como éste, la guerra y las elecciones son el combustible definitivo. Lo que no es bueno para el país es bueno para Eretz Nehederet», aseguró Roy Bar-Natán, un cómico que interpreta en el programa al principal líder de la oposición, Itzjak Herzog, haciendo especial hincapié en el sonido de su voz nasal.

Pero es el primer ministro, Binyamín Netanyahu, quien ejerce de objetivo principal del programa. El productor ejecutivo, Muli Segev, rechazó las acusaciones de que el programa sea abiertamente hostil al blque nacionalista de derecha que dirige Netanyahu. Segev insistió en que simplemente, el trabajo de la sátira es burlarlse de los poderosos, «y ahora no hay nadie más poderoso que Bibi».

«No dejamos que nadie se escape y definitivamente no actuamos en interés del interés político de nadie. Naturalmente nos centramos más en quien está en el poder», agregó.

Esta temporada del programa comenzó con una escena ambientada en «La Guerra de las Galaxias», en la que Netanyahu aparecía como el malvado emperador, el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman hacía de Darth Vader, y Herzog de Luke Skywalker. El sable láser de Herzog se doblaba cuando le robaba el protagonismo su más dinámica aliada, Tzipi Livni, caracterizada como la princesa Leia.

Ese primer programa de la temporada tuvo 1,1 millones de espectadores en un país de poco más de 8 millones de habitantes. La élite política de Israel reconoce de dicho y hecho la influencia y la audiencia que tiene «Eretz Nehederet».

Netanyahu intentó incluso aprovechar las bromas apareciendo en anuncios electorales del Likud en los que se burla prácticamente de todos sus rivales, desde Herzog hasta los líderes de su propio gobierno de coalición.

Tanto Netanyahu como el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rindieron homenaje al éxito de «Eretz Nehederet».

Cuando Obama se dirigió a varios jóvenes israelíes durante su visita en 2013, rechazó los rumores de crisis entre él y Netanyahu como «una trama para crear material para Eretz Nehederet».

«Sólo queríamos asegurarnos de que los guionistas tenían buen material», dijo en aquella ocasión.

Netanyahu adoptó una estrategia más directa ese año, y acudió al programa para un cara a cara con el actor que le interpreta, Mariano Idelman, vestido con traje y chaqueta a juego. Idelman suele representar al primer ministro como un hábil hedonista, fumador de habanos y al que le gustan las tácticas de intimidación y la guerra.

«La sátira fomenta la sensación de alienación y cinismo hacia los politicos», señaló la profesora de Comunicaciones, Meital Balmás-Cohen, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que en 2012 hizo una investigación sobre el impacto del programa.

Sus guionistas no respetan ningún tabú. La temporada actual ya se rió de la religión judía en el ejército y el racismo hacia la minoría árabe de Israel. Temporadas anteriores abordaron el Holocausto, las agresiones sexuales y los atentados terroristas.

Incluso antes de que el ex presidente Moshé Katsav fuera condenado por violación y el predecesor de Netanyahu, Ehud Olmert, fue culpado de corrupción y recibiera una sentencia de prisión aún pendiente, el programa ya había ridiculizado sus delitos.

En el último episodio, un anuncio falso trataba de reclutar gente para la Escuela de Gobierno y Corrupción. Sus antiguos alumnos, como Olmert, aparecían orgullosamente en un muro de la fama, mientras que la cafetería ofrecía facturas infladas para malversar el dinero para gastos.

Eyal Kitzis, que interpreta al «serio» presentador de noticias, señaló que Israel es en muchos aspectos el sueño de un cómico, pero que lo extraño o lo brutal de la realidad en ocasiones hace difíciles las burlas.

«A veces, la realidad aquí va más allá de toda sátira», destacó.

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