La película «Ana Arabía» (yo, árabe en hebreo), del director Amós Gitai, cuenta cómo una periodista israelí va a investigar la historia de una superviviente del Holocausto que se enamoró y se casó con un obrero árabe.

Su recorrido por la comunidad en la que vivían es una reflexión sobre las relaciones entre ambas comunidades. Ahora fue presentada en la Mostra de Venecia.

Gitai es el ejemplo del cineasta comprometido políticamente. Realizó veinticuatro películas, instalaciones de vídeo, dirección teatral y escribió libros.

El director israelí, que siempre militó por el entendimiento entre judíos y árabes, pone en los cines un pequeño recuerdo de que los pueblos que se enfrentan en Israel y la Autoridad Palestina no son tan diferentes.

El conflicto israelí-palestino pasa por uno de sus episodios más sangrientos en Gaza. Sin embargo, el filme «Ana Arabía» esboza la posibilidad de una coexistencia pacífica entre judíos y árabes en esa región.

Gitai dce creer que encara los bombardeos físicos, pero también bombardeos de imágenes como la literatura, las artes plásticas, un cine que debe tender puentes y otra forma de diálogo.

«Con 'Ana Arabía' intenté mostrar una especie de microcosmos en el que judíos, árabes, hombres y mujeres pueden llegar a vivir codo con codo», afirmó.

La película es casi una proeza técnica. Un solo plano-secuencia rodado cámara en mano. Algo que parece ser una metáfora cinematográfica de ese vínculo que no hay que cortar entre judíos y árabes para que no haya ruptura y que el diálogo fluya entre unos y otros.

«Como ciudadano israelí, no como cineasta, no quiero una ruptura, a pesar de todo, entre judíos y árabes», explicó.

«Si traduzco esta frase a mi propio lenguaje, es decir a la sintaxis del cine, veo que no tengo ningún interés en cortar. Hay un único plano de 81 minutos que efectivamente en esta serie de personajes con sus recuerdos y relaciones llega a explicar, a mostrar y a crear relaciones entre todos ellos», agregó.

Antes de llegar a Venecia, el filme se estrenó en Israel hace algunos meses. Según Gitai, es mucho más fácil saturar con escenas de guerra que hablar de paz, que no es un asunto muy popular.

«Incluso las palabras Peace, Shalom, Salam, Paz, la gente en Israel no se atreve a emplearlas comunmente. Creo que hace falta hacerlo. Pero, como siempre, hubo gente apreció la película y otros que no, que no hace falta una mezcla entre judíos y árabes», destacó.

«Ana Arabía» es una guerra de imágenes por medios interpuestos pero también a través de las redes sociales, todo está mezclado. Una multiplicación de imágenes y de fuentes no siempre fiables que podrían ampliar aún más la violencia y el rencor.

«Creo que en Oriente Medio se utiliza la imagen como instrumento de guerra. Y lo que hacemos es intoxicar el conjunto de imágenes de esta región. Con 'Ana Arabía' quise mostrarlo desde otra perspectiva», añadió.

«Ana Arabía»


Notas relacionadas:

Beso de mujer árabe con su novio judío revoluciona redes

«Somos víctimas y victimarios», dice terapeuta israelí

Encuesta: Mayoría judía apoya apartheid si se anexa Cisjordania