Casi a diario la religión es utilizada como motivo de enfrentamientos, de actos violentos e incluso de guerras. Pero son muchos los hombres religiosos que están convencidos de que la gran fuerza de la fe debe ser utilizada para todo lo contrario, para unir a las personas.

Con ese espíritu se edificará en Berlín el proyecto «House of One», un templo en el que orarán juntos judíos, cristianos y musulmanes, con la esperanza de llegar a entenderse mejor.

Daniel Goldman y Hernán Dobry se autodefinen como «testigos de época» al hablar sobre su nuevo libro «Ser judío en los años setenta», subtitulado «Testimonios del horror y la resistencia durante la última dictadura».
    
Los autores coinciden en calificar como «un deber militante» aportar a la reconstrucción de lo sucedido con esta minoría durante la dictadura que hizo desaparecer entre 1.800 y 2.000 integrantes del judaísmo argentino.

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, condenó de forma enérgica el ataque cometido contra el Museo Judío de Bruselas, en el que murieron cuatro personas dos de ellas israelíes.

«Este asesinato es el resultado de la constante incitación contra los judíos en sus respectivos estados», dijo Netanyahu en una nota de prensa, en la que extendió su pésame a las familias de las víctimas.

Unos 30.000 voluntarios judíos de Palestina se enrolaron en el Ejército británico para luchar por la liberación de Italia y Europa en la Segunda Guerra Mundial y para llevar a cabo labores de socorro a los damnificados por el conflicto bélico.

Se trata del tema de la muestra «La Brigada Judía en Italia: 1943-1945», que se expondrá hasta el próximo 25 de julio en la Casa de la Memoria y de la Historia de Roma con motivo del 70° aniversario de la liberación de la capital italiana por parte de las fuerzas aliadas.

El 26% de los judíos europeos sufrieron algún tipo de acoso, verbal o físico, en los últimos 12 meses, según una encuesta sobre antisemitismo que la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA), un organismo de la Unión Europea (UE), presentará este viernes a los ministros de Justicia e Interior de los 28 países miembros reunidos en Luxemburgo.

Un 4% de los encuestados fue agredido por su religión durante el año anterior al sondeo.

En momentos en que el presidente saliente de Panamá, Ricardo Martinelli, se dispone a visitar oficialmente Israel a finales de mayo para reunirse con el primer ministro Binyamín Netanyahu, y el presidente Shimón Peres, la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés) publicó que el 52% de los panameños mantiene actitudes antisemitas.

Panamá, que dispone de una poderosa comunidad judía y es el único país de América Latina y el Caribe que tuvo dos presidentes judíos en el siglo XX, es el país con más conductas antisemitas del continente americano.

Sólo el 54% de 53.000 personas en todo el mundo dijo conocer el Holocausto cometido por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, señaló una encuesta.

El Gobierno israelí lanzó una campaña internacional para presionar a Naciones Unidas a reconocer Yom Kipur como un día feriado oficial en su calendario.

«Hay tres religiones monoteístas pero sólo dos están reconocidas en el calendario de la ONU. Esta discriminación tiene que terminar», afirmó el embajador israelí en el organismo internacional, Ron Prosor, al anunciar el lanzamiento de la campaña.

«El jabón hecho de judíos es un mito». Se pordría pensar que son palabras de un líder iraní, pero es el tema central de una nueva película del director israelí Eyal Balas (43), que rompe con el mito de que el Tercer Reich utilizó restos de judíos para hacer jabón.

Anouk Markovits pasó los primeros 19 años de su vida en Francia, tratando de comprender las motivaciones y deseos de su familia, miembros de Satmar, una secta ultraortodoxa jasídica fundada en el siglo XVIII y que, entre otras cosas, niega el sionismo, arregla los matrimonios entre sus miembros y restringe el contacto físico incluso entre marido y mujer.

Markovits huyó unos días antes de casarse con el candidato escogido por sus padres. Nunca más volvió a verlos, ni a saber de ellos. Ahora, tres décadas después, la autora se enfrenta a su propia huida en «Las hijas de Zalman», una novela con sabor a memoria que nació poco después de los atentados del 11-S.