El presidente sirio, Bashar al-Assad, anunció la celebración de un referendo en marzo sobre una nueva Constitución, sin dar más detalles sobre su redacción.

"Necesitamos esperar a la Constitución, que será sometida a un referendo la primera semana de marzo", afirmó Assad en un discurso de 45 minutos, pronunciado en la Universidad de Damasco, que fue televisado a todo el país.

En su primer discurso público desde el pasado junio, Assad abundó en la retórica vacía y autojustificatoria y aludíó, una vez más, a la "conspiración exterior" de la que dijo que "está siendo diseñada en una sala oscura y ya no está escondida, sino que se ha vuelto clara como el cristal y visible para todo el mundo".

Como ya hizo hace algunos meses en una entrevista televisiva, el presidente sirio se sacudió la responsabilidad de la represión de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes. "Ninguna autoridad ha dado ninguna orden de abrir fuego", afirmó.

La violencia, que adquirió carácter de guerra civil después de que cientos o miles de soldados desertaron y se sumaron a la rebelión ahora ya también armada, ya causó más de 5.000 muertos, según los cálculos de la ONU.

El mandatario sirio subrayó que el restablecimiento del orden y la seguridad en el país constituye "la prioridad absoluta" y prometió "golpear a los terroristas criminales con mano de hierro". Assad criticó también a la Liga Árabe y aseguró que algunos de sus miembros, que no especificó, buscan tener un mayor papel aunque sea "incendiando toda la región".

En su discurso Assad cargó también contra los medios de comunicación a los que acusó de "trabajar contra Siria" para conducirla a "un estado de destrucción". Desde el inicio de la revuelta, en marzo del año pasado, la prensa extranjera tiene vetado el acceso al país.

Assad dejó también claro que no piensa dimitir. "Gobierno con la voluntad del pueblo y si renuncio al poder será también con la voluntad del pueblo", subrayó.