El líder de Hezbolá, el jeque Hassan Nasrallah, mostró su rechazo a la decisión de los países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (CCG) de incluir a esta agrupación en la lista de grupos terroristas.

En un discurso televisado, Nasrallah aseguró que esta medida tomada por los seis países del CCG es una reacción a la «resistencia» mantenida por su grupo contra Israel y acusó a estos Estados, con Arabia Saudita a la cabeza, de ser socios del Estado judío.

«Muchos de los países árabes que nos catalogan de terroristas ¿qué relación tienen con la resistencia contra Israel? Ninguna, ni con dinero, ni política, la excepción es el régimen sirio», dijo Nasrallah.

Sobre Riad, declaró que «el régimen saudita es el primero que conspira contra cualquier gobierno o ejército árabe que quiere luchar contra Israel y devolver la dignidad árabe».

Además, expresó que las recientes decisiones tomadas por Arabia Saudita contra Líbano y Hezbolá reflejan la «rabia» de Riad ante su «fracas» en Siria y Yemen donde, en su opinión, pretende derrocar al régimen de Baahar al-Assad y a los rebeldes hutíes, respectivamente.

El pasado febrero, Arabia Saudita anunció la suspensión de la ayuda militar a Líbano, que alcanza los 4.000 millones de dólares, después de que este país no condenara los asaltos contra dos sedes diplomáticas sauditas en Irán.

Asimismo, Nasrallah responsabilizó a las operaciones militares lideradas por Arabia Saudita en Yemen contra los rebeldes chiítas y al apoyo de Riad a la oposición en Siria del ascenso de los grupos yihadistas en estos dos países.

En su discurso el líder de Hezbolá justificó las intervenciones de su organización en Siria y en Irak asegurando que se produjeron en respuesta a peticiones de los gobiernos de ambos países para que participara en la luchar contra el Estado Islámico (EI).

La decisión de las monarquías árabes del Golfo de incluir a Hezbolá en la lista de formaciones terroristas fue anunciada después de que Nasrallah acusara a Arabia Saudita de actuar para provocar «disensiones entre sunitas y chiítas».

El CCG, formado por Arabia Sauduta, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Omán y Bahréin, justificó esta decisión por las «continuas acciones hostiles realizadas por los miembros de Hezbolá para reclutar a jóvenes de los países del CCG para lanzar operaciones terroristas».

Nasrallah afirmó que el deseo de la familia real saudita y otros regímenes del Golfo para normalizar las relaciones con Israel fracasará porque «la mayoría del pueblo árabe ve aún a Israel como enemigo y ocupante».

El jeque consideró que las reacciones populares del mundo árabe y las de algunos gobiernos que apoyan a Hezbolá son un mensaje para decirle a Israel que la mayoría del mundo árabe no lo aceptará como Estado amigo.

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