Tropas iraquíes lanzaron una ofensiva militar de gran envergadura en el norte de la provincia de Saladino, con el objetivo de expulsar al grupo yihadista Estado Islámico (EI) y recuperar la importante ciudad de Tikrit.

El ejército iraquí, con el apoyo de milicianos afines al Gobierno, decidió atacar por tierra la parte septentrional de esa provincia.

La situación geográfica de Saladino, entre Bagdad y Nínive, cuya capital es Mosul, principal feudo de los terroristas en Irak, le otorga una gran importancia estratégica en el conflicto que desde hace meses enfrenta al EI con las fuerzas iraquíes.

Si consiguieran recuperarla por completo, las fuerzas iraquíes ejercerían una mayor presión al sur de Mosul, segunda ciudad de Irak, que tratan de recuperar desde que fuera ocupada por los yihadistas el pasado mes de junio.

Además, el hecho de que Tikrit, capital de Saladino, sea la localidad donde creció el ex presidente iraquí Saddam Husseín, reviste de un simbolismo especial a esta provincia de mayoría sunita.

A principios del pasado mes de enero, el ejército gubernamental logró recuperar por completo el sur de Saladino, tras una importante ofensiva a finales de 2014.

Desde entonces, congregaron tropas en Samarra, segunda ciudad de la provincia tras Tikrit, para preparar la operación, que pretende liberar por completo Saladino de los extremistas.

Horas después de que comenzara la ofensiva, una fuente de seguridad citada por «Haaretz» informó que en los primeros combates perdieron la vida al menos 11 soldados iraquíes y que otros 43 resultaron heridos.

La misma fuente añadió que el número de víctimas, entre muertos y heridos, en las filas de los yihadistas, fue de 34, al ser bombardeado uno de sus convoyes al norte de Samarra.

Irak no solicitó ataques aéreos a Estados Unidos y sus aliados para apoyar su ofensiva para recuperar Tikrit, según anunció el Pentágono.

«No estamos realizando ataques aéreos en apoyo a la operación cerca de Tikrit», dijo el portavoz del Departamento de Defensa norteamericano, Coronel Steven Warren, a los periodistas.

Por su parte, el EI prometió asesinar al cofundador de Twitter, Jack Dorsey, luego de que esa red social bloqueara cuentas de miles de yihadistas que fomentan la violencia y dedican su tiempo a reclutar extremistas en todo el mundo.

En un comunicado citado por varios medios ingleses y norteamericanos, el EI llamó a sus combatientes a atacar todos los intereses de la empresa en respuesta al cierre de miles de cuentas de terroristas que Twitter realiza a diario para evitar que propaguen sus ideas radicalizadas.

A la amenaza realizada contra Dorsey también se sumó la advertencia de muerte que se les hizo a los empleados de la compañía norteamericana. Los equipos de seguridad del empresario y las fuerzas de Estados Unidos tratan de establecer la veracidad de las amenazas, aunque todo indica que son ciertas.

Las redes sociales son uno de los principales canales que utilizan los terroristas del EI para difundir sus atentados, decapitaciones y demás salvajismos. Hace un año, las cuentas eran totalmente libres y cualquiera podía observar fotografías y videos de yihadistas en Irak y Siria cortando las cabezas de sus víctimas.

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