La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, calificó la situación en Oriente Medio como un problema frente a la seguridad y el terrorismo a escala mundial.

En su intervención en la 69° Asamblea General de la ONU, la mandataria expresó que «desde las grandes potencias se cambia con demasiada facilidad el concepto de amigo y terrorista», y eso facilita las guerras y las invasiones.

Fernández, quien también denunció el acoso de los Fondos Buitres, aseguró que «tenemos que definir de una vez por todas que no podemos seguir utilizando la posición geopolítica internacional para poder dirimir posiciones de poder», y en ese sentido, denunció las amenazas de las soberanías de distintos países.

La jefa de Estado abordó el tema de la «amenaza del Estado Islámico» (EI) y aseguró que el grupo le advirtió por dos razones: su «cercanía con el Papa Francisco y la necesidad de reconocer la existencia de dos Estados: Israel y Palestina».

Pese a esto, Fernández reclamó ante la Asamblea el definitivo reconocimiento de Palestina «como un integrante más y pleno».

«Vamos a empezar a desatar algunos de los nudos gordianos, de la cuestión de Oriente Medio, el reconocimiento del Estado de Palestina, tanto del derecho de Israel de vivir en sus fronteras pero también de Palestina, para que no se aplique contra ellos el uso desproporcionado y desmedido que ocasionó muertes de niños y mujeres», recalcó.

Cristina instó al respeto internacional y afirmó: «Creemos que en épocas de buitres económicos y halcones de guerra necesitamos más palomas de paz», y agregó que «en las guerras actuales, que nada tienen que ver con los conflictos armados convencionales del siglo XX, las únicas víctimas son las poblaciones civiles».

Al término de su discurso en la Asamblea General, Cristina participó en una sesión del Consejo de Seguridad presidída por el mandatario norteamericano Barack Obama.

Los miembros del organismo se habían citado para firmar una resolución que tiene como objetivo intentar controlar el flujo de combatientes extranjeros hacia y desde zonas de conflictos donde operen grupos terroristas.

Al hablar en la Asamblea General, ya Obama convocó a todos los países a sumarse a su lucha contra la «red de muerte», en referencia a EI que opera en Siria e Irak.

Fernández respondió a dicho planteo diciendo que «si queremos realmente combatir el terrorismo, trabajemos por la paz. No se combate el terrorismo haciendo sonar los tambores de guerra. Al contrario, eso es lo que quieren precisamente los terroristas, una reacción simétrica para que entonces vuelva a comenzar la rueda, así siempre hay un crédito de sangre que reclamar».

Finalmente llamó a definir al terrorismo, porque según indicó, «los que ayer eran malos hoy no son tan malos. Los que ayer tenían que ser invadidos y arrasados hoy parece ser que están colaborando».

«Parece un juego del TEG, donde cambian los amigos y los enemigos. En ese sentido comparto lo que dijeron los representantes de China y Rusia: no hay terroristas buenos y terroristas malos. Hay terroristas», aseveró.

«En 1994, en mi país y en el mundo se decía que Hezbolá fue responsable del atentado a la AMIA. Hoy Hezbolá es un partido en Líbano. En 2006, la Justicia de mi país decidió imputar a ciudadanos iraníes. En la 'primavera árabe' todos eran aparentemente luchadores de la libertad y muchos resultaron ser fundamentalistas que recibieron entrenamiento militar y hoy están combatiendo en el EI y reclutando jóvenes. También estuvieron Al Qaeda y Osama Bin Laden, que no surgió como un hongo después de la lluvia, fue entrenado, junto a los talibán, para enfrentar a Rusia, durante la Guerra Fría, en Afganistán. El año pasado lo más importante eran Irán y su amenaza nuclear; ahora, ya dejó de ser esto y pasó a ser el EI. No sería nada extraño que el año que viene desaparezca el EI y aparezca cualquier otro grupúsculo con algún nombre extraño, con actitudes todavía más virulentas y más violentas», enumeró Cristina para dar cuenta de los cambios de prioridades de las potencias en su lucha contra el terrorismo.

La presidenta añadió que hay que defenderse de las agresiones, pero siguió planteando interrogantes: «¿Quién les compra el petróleo, quién les vende armas, quién los entrena?».

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