Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) mataron en Cisjordania a los dos raptores y asesinos de tres estudiantes israelíes el pasado 12 de junio.

Amer Abu Aysha y Marwán Kawasmeh, de 32 y de 29 años, estaban en busca y captura desde junio por su participación en el secuestro y asesinato de Gil-Ad Shaer (16), Naftali Frenkel (16) y Eyal Yifrah (19).

Los asesinos murieron en un tiroteo. Un portavoz del las FDI informó que ambos disponían de armas automáticas con las que contestaron el fuego de los soldados cuando éstos rodearon la casa en la que se ocultaban.

De acuerdo con el vocero de las FDI, «Ambos se refugiaban en un pozo abierto en el sótano de un edificio de Hebrón. Allí fueron abatidos».

En la nota se precisa que durante el operativo también fueron detenidos Bashar Kawasmeh, Mahmed Kawasmeh y Taer Kawasmeh, hijos de Hussam Hassan Kawasmeh, que ya se encuentra detenido acusado de planear el crimen.

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, felicitó a los servicios de seguridad por la muerte de los dos asesinos, y destacó que «el largo brazo de la justicia de Israel hizo su trabajo».

En declaraciones al inicio de la reunión de su Gobierno, el jefe del Ejecutivo insistió en culpar a Hamás del asesinato.

«Cuando hallamos los cuerpos de Naftali, Gil-Ad y Eyal, dije que quien secuestró y asesinó a nuestros chicos pagaría las consecuencias y que no pararíamos hasta que los halláramos», afirmó.

«Dije que esa era nuestra misión y que se llevaría a cabo. Así fue», agregó antes de felicitar al Shin Bet, a la unidad antiterrorista de la Policía y a las FDI, que participaron en la operación.

«Continuaremos golpeando al terrorismo allí donde esté», recalcó, y reiteró que las pruebas que Israel tiene apuntan a Hamás, grupo que aceptó que los asesinos formaron parte de su brazo armado.

«Dijimos que Hamás era responsable por el secuestro y el asesinato a la luz de la pruebas que teníamos y Hamás admitió que estaba detrás», afirmó Netanyahu en alusión a unas declaraciones de un miembro del grupo terrorista en Turquía.

Netanyahu reveló habló esta con las familias de los chicos para comunicarles la noticia, que se produce en víspera del Año Nuevo judío.

«Con la llegada del año nuevo, nada puede aplacar su dolor y nada puede devolverles a sus maravillosos y queridos hijos. Pero les dije que se hizo justicia y que cumplimos con la misión que le prometimos a ellos y a todo Israel», señaló.

En un comunicado enviado a la prensa, las familias Shaer, Frenkel e Yifrah se mostraron «orgullosas del Gobierno y de las fuerzas de seguridad por mantenerse firmes en nuestra demanda de que se hiciera justicia».

«El mundo fue testigo de que la sangre judía no se derrama en vano», expresaron en una nota conjunta.

A título personal, Shmuel Cohen, abuelo Gil-Ad Shaer, mantuvo del tono general e insistió en que «nunca estuve pendiente de la venganza. Yo no habría arriesgado ni una uña de un soldado por la venganza».

«Pero como judío e israelí, esto tiene muchos significados. El mundo necesita saber que la sangre judía no se abandona y que quien hiere tiene la sangre en sus manos. Muchas gracias a aquellos que arriesgaron sus vidas en este peligroso objetivo», señaló Cohen.

El ministro israelí de Defensa, Moshé Yaalón, declaró que espera que la muerte de los asesinos «reduzca el dolor de las familias» e insistió en la idea de que «dejar a aquellos que planean dañar a Israel que sepan que no cejamos, que perseguiremos a todos los que amenacen a nuestros ciudadanos».

Los tres jóvenes secuestrados y asesinados en junio estudiaban en el seminario rabínico de Kfrar Etzión, en un asentamiento de la región de Gush Etzión, en Cisjordania, yd esaparecieron cuando hacían autoestop para regresar a casa.

El Gobierno israelí acusó inmediatamente a la organización terrorista Hamás, cuyos líderes, en un principio aplaudieron, pero no se responsabilizaron del triple asesinato.

Fue entonces que las FDI iniciaron una vasta operación que se saldó con cientos de detenciones en Cisjordania y ncontraron los cadáveres de los estudiantes 18 días más tarde.

Se supo entonces que el Shin Bet israelí sabía de la muerte de los jóvenes desde el primer momento, porque en la grabación de la desesperada llamada a la policía de uno de los tres se perciben gritos y el sonido de disparos.

El portavoz militar Roni Kaplan dijo en un comunicado que las FDI estaban «determinadas a llevar ante la justicia a los crueles asesinos».

«Esta misión finaliza la búsqueda con éxito; los culpables del crimen ya no suponen una amenaza para los civiles en Israel. Los dos asesinos tenían antecedentes por actividades terroristas», agregó.

El pasado junio, las FDI dinamitaron las casas familiares de ambos en Hebrón.

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