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Obama ordenó ataques en Irak y Siria para destruir EI

Barack ObamaNuevo frente para Estados Unidos en Oriente Medio. El presidente Barack Obama decidió poner en marcha una amplia coalición para destruir al grupo terrorista Estado Islámico (EI) que incluirá ampliar los bombardeos en Irak y ataques aéreos sobre Siria, hasta donde penetraron estos yihadistas.

El mandatario se dirigió a la nación con un discurso para explicar su plan para combatir al grupo terrorista que se hizo con una franja de territorio en Irak y Siria, y en las últimas semanas decapitó a dos periodistas estadounidenses, uno de ellos también de ciudadanía israelí.

Con un golpe de timón, Obama profundizó así el papel militar de Estados Unidos en el volátil Oriente Medio al emprender una campaña «implacable» y «sostenida» a través de ataques aéreos contra miembros del grupo terrorista EI en Irak y Siria.

«Con un nuevo Gobierno iraquí, y tras consultar con los aliados en el extranjero y al Congreso en casa, puedo anunciar que Estados Unidos encabezará una amplia coalición para revertir esta amenaza terrorista. Nuestro objetivo es claro: vamos a degradar, y en última instancia, a destruir al EI a través de una estrategia integral y sostenida lucha antiterrorista», afirmó Obama desde la Casa Blanca.

En la víspera de un nuevo aniversario de los atentados del 11 de septiembre, Obama decidió abrir un nuevo frente de combate para Estados Unidos en Oriente Medio. Pero a diferencia de lo que ocurrió tras los ataques contra las Torres Gemelas, esta vez no habrá tropas en el terreno.    

«Quiero que el pueblo norteamericano comprenda cómo este esfuerzo será diferente de las guerras en Irak y Afganistán. No va a involucrar a tropas de combate estadounidenses luchando en suelo extranjero», aseguró.

El nuevo plan de Obama significa un cambio de dirección en su estrategia por disminuir la presencia de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Oriente Medio, tras las guerras de Irak y Afganistán.

«Esta campaña antiterrorista se libra a través de un esfuerzo sostenido, implacable para sacar al EI dondequiera que se encuentre utilizando nuestro poder aéreo y nuestro apoyo a las fuerzas aliadas sobre el terreno. Esta estrategia de sacar a los terroristas que nos amenazan, mientras apoyamos a los socios en el frente de batalla, es la que seguimos con éxito en Yemen y Somalia desde hace años», agregó Obama en su mensaje a la nación.

«Como Comandante en Jefe, mi más alta prioridad es la seguridad del pueblo norteamericano. En los últimos años, luchamos consistentemente contra terroristas que amenazan a nuestro país», sostuvo.

«Sacamos a Osama Bin Laden y a gran parte de la dirigencia de Al Qaeda en Afganistán y Pakistán. Atacamos filiales de Al Qaeda en Yemen, y recientemente eliminamos al comandante mayor de su filial en Somalia», recordó el presidente y destacó que lo logró «mientras retornaron más de 140,000 militares estadounidenses de Irak y se reducieron nuestras fuerzas en Afganistán, donde nuestra misión de combate terminará a finales de este año». Ahora, las Fuerzas Armadas volverán a la zona con una estrategia diferente.

«EI no es islámico. Ninguna religión tolera la matanza de inocentes, y la gran mayoría de las víctimas de EI son musulmanas. EI sin duda no es un Estado. Antiguamente, era la filial de Al Qaeda en Irak, y se aprovechó de la violencia sectaria y la guerra civil de Siria para ganar terreno a ambos lados de la frontera entre Irak y Siria. No es reconocido por ningún gobierno, ni por el pueblo al que subyuga. EI es una organización terrorista», destacó el presidente.

Más temprano, oficiales de la Casa Blanca anticiparon parte de la estrategia contra EI. Consultados sobre qué países participarían de los bombardeos, explicaron que esas negociaciones aún están en proceso. Y anunciaron que el secretario de Estado, John Kerry, participa de negociaciones sobre ese punto con aliados de Estados Unidos. Obama lo reiteró en su discurso.

Quien sí garantizó apoyo total a la nueva estrategia es Arabia Saudita, un país que teme profundamente el avance de EI a través de las más de 500 millas de frontera que tiene con Irak. De hecho, Obama necesita y aguarda la autorización del Congreso para mandar equipamiento y brindar entrenamiento a las fuerzas opositoras del régimen sirio, otra de las patas de la estrategia para luchar contra EI.

«Llamo de nuevo al Congreso para darnos autoridades adicionales y recursos para capacitar y equipar a estos combatientes. En la lucha contra EI no podemos confiar en el régimen del presidente Bashar al-Assad que aterroriza a su pueblo; un régimen que nunca va a recuperar la legitimidad que perdió. En su lugar, debemos fortalecer la oposición como el mejor contrapeso a extremistas como EI, al llevar adelante la solución política necesaria para resolver la crisis de Siria una vez por todas», aseveró Obama.

Funcionarios de la Casa Blanca explicaron que los opositores a Al Assad serán entrenados en territorio saudita. «Algunas naciones pueden sumarse a la coalición con bombardeos, otras pueden hacerlo brindando equipamiento y entrenamiento», dijo.

Arabia Saudita confirmó que proporcionará sus bases para entrenar a los opositores sirios.

Sobre qué garantías hay sobre el entrenamiento de la oposición - Osama Bin Laden fue entrenado por Estados Unidos durante la Guerra Fría y terminó convirtiéndose en su peor enemigo - los oficiales aseguraron que pasaron los últimos dos años desarrollando un vínculo con los insurgentes sirios que les permite confiar en el adiestramiento que recibirán.  

En el pasado, la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, presionó para armar a los rebeldes sirios al principio de su lucha contra Al Assad. Pero Obama se negó, alegando que había demasiada incertidumbre sobre quiénes realmente eran los opositores. Y aunque le dio luz verde a un pequeño programa llevado a cabo por la CIA, recién ahora el mandatario se anima a un esfuerzo de magnitud.

Uno de los mayores temores respecto de EI es el reclutamiento de jóvenes occidentales. Oficiales del Gobierno temen que aquellos se unieron al grupo terrorista regresen a sus propios países para lanzar ataques.

«Si bien todavía no detectamos una amenaza específica contra nuestra nación, los líderes de EI amenazaron a Estados Unidos y a nuestros aliados. Nuestra comunidad de Inteligencia cree que miles de extranjeros - incluyendo europeos y algunos norteamericanos - se le unieron en Siria e Irak. Estos combatientes fanáticos podrían tratar de regresar ya entrenados a sus países de origen y llevar a cabo ataques mortales», advirtió Obama.

A principios del verano, Irak pidió a Estados Unidos ayuda para enfrentar a los yihadistas y Obama aprobó ataques aéreos en el norte del país. También decidió enviar nuevas tropas para proteger embajadas e intereses de su país. Esta campaña se ve ahora ampliada con la nueva decisión del presidente de ir hasta el último rincón para destruir a los yihadistas.

Desde el 8 de agosto pasado, Estados Unidos llevó a cabo más de 150 ataques cerca de la estratégicas presas de Hadiza y Mosul, y en los alrededores de Erbil, capital del Kurdistán iraquí.

«Estos ataques protegieron a personal estadounidense e instalaciones, matado a combatientes de EI, destruyendo armas, y dando espacio para que las fuerzas iraquíes y kurdas reclamen territorio clave. Estos ataques ayudaron a salvar las vidas de miles de hombres inocentes, mujeres y niños», añadió el mandatario.

«Ahora que esos equipos completaron su trabajo e Irak formó un nuevo Gobierno, vamos a enviar otros 475 miembros de nuestras fuerzas a Irak» e insistió con que ellas «no tendrán una misión de combate. No vamos a ser arrastrados a otra guerra terrestre», aseguró.

Obama prometió también más asistencia humanitaria a los civiles desplazados. «Esto incluye los musulmanes sunitas y chiítas que están en grave riesgo, así como decenas de miles de cristianos y otras minorías religiosas. No podemos permitir que estas comunidades sean expulsadas de sus tierras», indicó.

«Mi administración también consiguió el apoyo bipartidista» del Congreso para este plan. Tengo la autoridad para hacer frente a la amenaza de EI. Pero creo que somos más fuertes como nación cuando el presidente y el Congreso trabajan juntos. Así que celebro el apoyo del Congreso en este esfuerzo con el fin de mostrar al mundo que los estadounidenses se unen para enfrentar este peligro», destacó.

Según los oficiales de la Casa Blanca, Obama trabajó en esta estrategia las últimas semanas, a pesar de que el 28 de agosto pasado había dicho que aún no tenía un plan contra el grupo terrorista.

Acerca del cronograma de ataques, los oficiales dijeron que no serán revelados para preservar su efectividad y que están analizando las diferentes opciones que propuso el Pentágono. Pero dejaron en claro que las fronteras entre Irak y Siria no serán una limitación. «Iremos a buscarlos donde sea que estén», dijeron sobre los militantes de EI.

Consultados sobre cuándo podrá decirse que EI fue destruido, uno de ellos dijo: «Esto va a llevar tiempo. EI está en Irak desde 2003. Vamos a reducir su territorio, a cortar sus recursos y a desmantelar su organización. Esta es una estrategia a largo plazo». Y puso como ejemplo la pérdida de poder que sufrió Al Qaeda, sobre todo tras la muerte de Bin Laden.

La estrategia presentada por Obama busca ser más parecida a la llevada a cabo en países como Yemen y Somalia, donde Estados Unidos lanzó ataques selectivos con aviones no tripulados durante años. Sin embargo, en la víspera del 9/11, el fantasma de Al Qaeda y la encarnizada guerra en Irak y Afganistán vuelven con fuerza sobre Obama y su plan antiterrorista, ahora contra EI.

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