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Despedida a Nahum Bergstein

Quizás nunca hubo una presencia mayor de judíos en la política uruguaya que en la actualidad, con tres miembros judíos en el gabinete ministerial. Sin embargo, como su identidad no juega un rol destacable en su vida pública, el hecho no tiene demasiada relevancia.

La desaparición física del Dr. Nahum Bergstein, fallecido el l de mayo en Miami, cuando se reponía de una operación de válvula mitral, contrasta con ese estilo y recuerda otro estilo político esencialmente diferente.

Nahum Bergstein fue diputado, senador y vice-ministro de Cultura. Desarrolló una intensa actividad en el Parlamento y dada su autoridad en materia jurídica brindó un aporte decisivo a la aprobación de diferentes leyes. Pero su conocimiento y su dedicación al estudio de la problemática del país, nunca estuvo en contradicción con su activo compromiso con su condición judía. Más aún, siempre trató de destacar en público que su judaísmo y su identificación con el país constituían una unidad inseparable.En su libro "Judío ; una experiencia uruguaya" publicado en 1993, escribió orgullosamente acerca de sus padres y su familia de hondas raíces judías y sionistas y brindó a los lectores judíos y no judíos una visión clara y sumamente detallada del mundo espiritual de la generación de inmigrantes que al mismo tiempo que hacían su aporte constructivo al desarrollo del país construyeron las instituciones y la vida comunitaria judía en el Uruguay.

Nahum Bergstein fue antes que nada un jurista y junto con su esposa Nelly, escribana destacada, creó un estudio muy prestigioso, al que más tarde se sumó su hijo Jonas. Publicó numerosos trabajos jurídicos en publicaciones especializadas y junto con el Dr. Elías Bluth, quien más tarde habría de actuar como Secretario de la Presidencia durante la presidencia del Dr. Julio M. Sanguinetti, redactó la Ley Antidiscrimatoria, quizás una de las más completas en su género en América Latina. Asimismo fue profesor adjunto de Derecho Penal compartiendo la cátedra con la Dra. Adela Reta, a la que luego secundó como vice-ministro cuando fue designada Ministra de Cultura.

Su larga actuación en la vida judía que comenzó en la adolescencia llegó a su culminación con la presidencia del Comité Central Israelita, donde supo sortear con diplomacia pero también con firmeza más de una situación difícil, ya que su período coincidió con el período final de la dictadura y el comienzo de la recuperación democrática.

Con una hermana y numerosos familiares y amigos en Israel tenía una relación muy entrañable con el país y viajaba frecuentemente de visita. Culto e inquieto, era junto con su esposa, una presencia habitual en las salas de conciertos.

En los últimos años, su apasionado interés por la problemática del Medio Oriente lo llevó a escribir de manera regular para el diario "La República" sobre esta temática. El hecho de que fuéramos colegas en el mismo medio nos acercó e intercambiamos ideas con mucha frecuencia en los últimos dos años.

Tuve el placer de coincidir muchas veces con Nahum en distintos aspectos de la vida comunitaria. Particularmente estuvimos juntos en distintas oportunidades en distintos paneles sobre variados temas de interés judío. La última vez fue en febrero de este año cuando participamos en un homenaje al actor judío argentino Max Berliner en el Festival de Cine Judío de Punta del Este y hablamos de la historia del Teatro Yidish en el Río de la Plata.

Con la desaparición de Nahum Bergstein la colectividad judía pierde a una de sus figuras más destacadas, un "askán" en el sentido más elevado de la palabra y un intelectual lúcido que hasta el final de sus días supo ser un sionista activo y fervien