El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Liberman, y el canciller argentino, Héctor Timerman, firmaron un programa de cooperación educativa entre ambos países y un acuerdo sobre coproducción cinematográfica.

El Programa de Cooperación Educativa se enmarca en el Convenio de Intercambio Cultural, firmado en 1957, entre Israel y Argentina.

El proyecto se centra en el campo de la educación, y en todas sus áreas, a través del intercambio de información, experiencia, documentación y expertos, haciendo especial foco en el idioma, la literatura, la historia y la cultura del otro país.

Uno de los aspectos fundamentales del acuerdo es el compromiso en la lucha contra el racismo, el antisemitismo y la xenofobia, poniéndose especial énfasis en las actividades en relación al tema del Holocausto y la historia de la comunidad judía en Europa durante la ocupación nazi.

Asimismo, ambos gobiernos acordaron ofrecer a la contraparte becas para estudiar en el país - que cubrirán las matrículas, los seguros médicos y otros gastos - que incluirán cursos de hebreo y español, y becas de especialización para estudiantes de posgrado e investigadores.

También se fomentará la cooperación entre universidades, a través del intercambio de publicaciones y material de investigación, la promoción de los estudios relacionados a la cultura del otro país, y la participación de académicos en conferencias, seminarios y otros eventos de este tipo.

En tanto el acuerdo cinematográfico tiene como objetivo establecer un marco para fomentar las producciones audiovisuales, especialmente la coproducción de obras cinematográficas, en pos de promover aún más el desarrollo de las relaciones culturales y tecnológicas entre ambos países, en el marco del Convenio de Intercambio Cultural de 1957.

Teniendo en cuenta que la coproducción puede beneficiar a las industrias cinematográficas de cada país y contribuir al crecimiento económico de las industrias de distribución y producción de cine, televisión, video y nuevos medios, se establecieron una serie de pautas en relación a las características que debe cumplir una obra a nivel creativo, técnico y profesional para gozar de los beneficios mencionados en el acuerdo.

Se trata de asuntos como contribuciones de productores; derechos de propiedad intelectual; asuntos relativos a la comercialización o exportación de una película coproducida; conformación de una comisión mixta que supervisará la implementación del convenio, y otras cuestiones relativas a los marcos legales para coproducciones.

Con la firma de este acuerdo, que tendrá una validez de cinco años, con posibilidad de extenderse por otros cinco, las coproducciones israelíes-argentinas o argentinas-israelíes contarán con una herramienta para potenciar sus posibilidades creativas, profesionales y comerciales.

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