La embajada israelí en Madrid presentó las oportunidades de inversión para las empresas españolas en diferentes infraestructuras del país, como la línea de alta velocidad que unirá el Mar Rojo con el Mediterráneo o el metro de Tel Aviv, para las que se crearán consorcios internacionales.

En un almuerzo con la prensa, el embajador de Israel, Alón Bar, explicó que el ministerio de Transporte de su país invertirá en infraestructuras cerca de 20.000 millones de dólares en los próximos años y que las empresas israelíes necesitan socios extranjeros.

También destacó el reciente descubrimiento de reservas de gas natural en el país, cuya explotación requerirá nuevas construcciones.

Al respecto, Bar dijo que se trata de «algo nuevo en lo que Israel trata de aprender de otros países para aprovechar el recurso de una forma responsable».

Además, resaltó el atractivo de su país para innovadores, inversores e investigadores, sobre todo en sectores con futuro, como el de las tecnologías de la información y la comunicación.

En su opinión, hay pequeñas empresas israelíes con productos tecnológicos innovadores que buscan socios grandes para entrar en otros mercados, como el latinoamericano, lo que supone una oportunidad para las compañías españolas.

Según explicó, España puede aprovechar partes del modelo israelí, como el uso de inversiones públicas para atraer capital privado o la explotación del mercado de capital riesgo, ya que el de Israel es el segundo más grande del mundo en términos absolutos.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria España-Israel, Gil Gidrón, habló del potencial del mercado israelí que, a pesar de su pequeño tamaño, cuenta con poder adquisitivo.

Además valoró que la economía israelí no entró en recesión durante la crisis, ya que sólo tuvo un trimestre con crecimiento negativo del PIB.

Gidrón indicó que las empresas europeas, y particularmente las españolas, no invierten en Israel porque desconocen el país, a pesar de que existen grandes oportunidades y el marco jurídico y comercial es muy similar al europeo.

La agregada de Asuntos Económicos y Comerciales de la embajada, Yifat Alón Perel, explicó que la escasa dimensión del mercado interior israelí provocó que las empresas desarrollen sus productos pensando siempre en la exportación.

Para ilustrar la idea de la posición puntera de Israel en el campo de la investigación, recordó que el país cuenta con la tasa más elevada de ingenieros per cápita en el mundo, con una relación de 140 por cada 10.000 personas.

Alón Perel añadió que también es el primero en cuanto a la cantidad de dinero que se invierte en investigación y desarrollo en relación con el PIB, con una tasa del 4,7 %, con una mayoría de capital privado.

Además, en este área Israel cuenta con la figura del «jefe científico», un cargo con designación política que, a pesar de ello, cuenta con independencia suficiente para gestionar y decidir en qué sectores invierte el presupuesto, que se destina principalmente a pymes.

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